jueves, 16 de diciembre de 2010

Petra Gregoria, la revuelta y la niñez de Cipriano








Padilla, Bravo y Maldonado decapitados en Villalar. Antonio Gisbert.


MIGUEL DELIBES. EL HEREJE
CAPÍTULO IV

El personaje de la mantenida, Petra Gregoria, tanto en su recorrido en la novela, como en la influencia que tuvo en su mantenedor, don Bernardo Salcedo, ocupa la narración de este capítulo. De fondo, uno de los periodos más convulsos y fascinantes de la historia española: la revuelta de las comunidades contra el rey, en paralelo con la controversia de la reforma religiosa europea. Ambos aspectos explicados desde la privilegiada visión que se tenía de los hechos en la Chancillería y la repercusión en el pueblo llano, representado en el personaje de Petra Gregoria, con su ejercicio maniqueo de división entre buenos y malos; la gente del pueblo, enaltecida por los intelectuales, en contra de las influencias extranjeras, en un esquema que se va a repetir a lo largo de nuestra historia varias veces, como en la invasión napoleónica trescientos años después.

El nacionalismo tradicionalista unido al fanatismo religioso hace retroceder las sociedades. Todo se les vuelve mirarse el ombligo de su autocomplacencia lo que provoca el estancamiento. Las sociedades más prósperas son las que intentan sumar y constantemente convocan diálogos que lleven a consensos o, al menos, acerquen posturas. Ya está la gente lo suficientemente radicalizada como para que encima vengan elementos incendiarios, pagados por el pueblo, a provocar enfrentamientos, porque para legislar e imponer prohibiciones ni falta que  hacen dirigentes, mucho menos parlamentos vendidos al oropel del sillón bien acolchado, coche oficial con chófer y alfombra mullida en la que posar los pies endebles y esponjosos, medio fofos.

En el número cinco de la calle La Corredera de San Pablo, el niño Cipriano sigue con su crecimiento. El destete no se produce hasta los tres años. Se seca la nodriza por un lógico imperativo biológico. Don BS resuelve la consecuente preocupación de Minervina con un simple cambio de oficio, en delante pasará a hacer las funciones de rolla del niño.

La vida de BS se encauza de nuevo por los senderos de la tranquilidad. A ello contribuyen los encantos de Petra Gregoria a la que visita casi todas las tardes. Ella se transforma en una amante singular con iniciativa y capacidad de sorprender que corre en paralelo a la generosidad pecuniaria de su mantenedor que accede al cambio de casa, a otra zona más acomodada de la ciudad, lo cual hace milagros en la disposición de Petra.

El placer de BS se dobla al contar sus hazañas a su empleado Diego Manrique que escucha embobado la destreza en las artes amatorias y escarceos del amo. Su hermano Ignacio: “El espejo en que la villa castellana se miraba”, paga los estudios de cinco huérfanos. Un día al mes visita los hospitales de la ciudad y cuida a los enfermos durante veinticuatro horas, como si sus títulos, privilegios y propiedades le acercaran a los más necesitados. Como oidor de la chancillería, está bien informado de todo lo que sucede, no sólo en el ámbito local, también en el nacional e internacional, pues lo que ocurre en la convulsa España del momento, hervidero de noticias, tiene una repercusión casi instantánea en Europa y ultramar. Valladolid en ese momento, epicentro de tanta ebullición.





La muerte en Segovia de Rodrigo de Tordesillas, conchabado con los flamencos que acompañan al rey, es el detonante de la revuelta de las comunidades. Juan Bravo se pone al frente de los revoltosos. El clero al lado de los comuneros, como rezaba un pasquín pegado a la puerta de San Pablo “SUBSIDIOS, NO. EL REY EN SU CASA Y LOS FLAMENCOS A LA SUYA.” Las tropas reales repelen las protestas populares que siguen las consignas de los burgueses e intelectuales. Queman Medina. Los comuneros asaltan el castillo de Cigales. Valiente, el caballo de BS, deja su vida entre las cepas. Don Ignacio y Miguel Zamora regresan de la acción a lomos de su otro caballo, Lucero. Los rebeldes, derrotados en Villalar, prendidos vivos y decapitados en la plaza del pueblo. Muertos junto a mil castellanos más. La ciudad se llena de tristeza. La gente deambula cabizbaja por las calles sin saber a quién culpar de la derrota. BS, satisfecho de que todo haya terminado, diluye sus penas entre las artes amatorias de su amante que ha conseguido distraer la atracción por Minervina.


El día quince de mayo de 1521 el niño Cipriano Salcedo agota definitivamente el pozo de la leche de la nodriza tras tres años de extracción continuada. BS le amplia el contrato modificando su función en la casa. Minervina lleva a CS a Santovenia los jueves por la mañana en la galera de Jesús Revilla, viaje que hace las delicias del niño con sus vaivenes. Allí es feliz jugando en libertad con los demás niños de su edad. Incluso molesta a Pedro Lanuza, el hojalatero, golpeando las cacerolas colgadas a la puerta, llamando a los moradores “herejes y alumbrados”, echando a correr cuando las hijas asoman con la mano del almirez amenazándoles desde la puerta.

El destete de CS espiga el cuerpo de Minervina, lo cual no pasa desapercibido para el padre, ni el hecho de que el niño le evite escondiéndose detrás de las sayas del aya cada vez que se lo cruza. BS la acusa de intentar separar a su hijo de él, que es su padre. La joven le acusa de no hacer nada por atraerle; los niños se van donde sienten afecto. El padre le repone que dentro de sus obligaciones está la de inculcar el cariño y el respeto al padre. Agarra al niño de la oreja tan fuerte que le hace llorar. Se abrazan ambos envueltos en lágrimas que desarman al padre, incapaz de manejarse entre los sollozos de las situaciones melodramáticas. Se marcha dando un portazo. De nuevo otra escena complicada, resuelta con maestría de gran novelista, excelente conocedor de los entresijos de las relaciones humanas y sus miserias: “Hacer llorar a unos ojos que le habían despreciado tanto, comportaba un desquite”.

 
Cuando le cuenta la escena a su hermano, tergiversa las cosas; disfraza su venganza en virtud. El niño no es más que un pequeño parricida. Ignacio le reprende, pero comprende que ya la coincidencia de su nacimiento con la Reforma de Lutero no era un buen presagio. Ignacio provoca la curiosidad de su hermano al contarle la situación religiosa, ajena a su mundo cercano del almacén, la taberna de Garabito, el piso de la mantenida y la atracción de Minervina.

Para los reformistas las indulgencias y sufragios no sirven para nada, sólo la fe en el sacrificio de Cristo puede salvar. Los ataques mutuos de luteranos y papistas hacen imposible la reconciliación. Lutero gana terreno en Europa. No cesa de escribir libros incendiarios una vez ratificada en Worms la excomunión papal.

Un día Ignacio abre los ojos de BS: “Valladolid se divierte y Bernardo Salcedo paga ¿Qué te
parece esta frasecita que oigo a diario por todas partes? “ A deshora visita la casa de la mantenida para descubrir la naturaleza de su engaño, entre cuernos anda el juego. Considera que María de las Casas le ha engañado aconsejándole una fulana, consumada actriz, con la consiguiente posibilidad de haberse contagiado de sífilis. BS la descubre encamada con Miguel Zamora que le confiesa que son “dos pobres cabrones que no sabemos dónde ocultar los mogotes de nuestros cuernos”.

Seguidamente, abofetea a Petra Gregoria que la pone en el páramo de donde salió para engañar a la ponedora y sacar el dinero de los poderosos.




Lo más conocido como himno de Castilla es esta composición del Nuevo Mester de Juglaría, lo que da cuenta del escaso apego a lo local que se tiene por estas tierras:

 



Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.
 

14 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Excelente perspectiva la que adoptas: en efecto, Delibes supo enlazar un tiempo con otro. En el fondo, en España mataron muchas ilusiones desde 1521.

Merche Pallarés dijo...

Esta vez sí he conseguido acabar el capítulo (ya voy por el quinto) ya que ayer fui a Barcelona y el tren es un lugar estupendo para leer... Interesante capítulo por todo lo que dices, de la situación política y religiosa de la época (no muy diferente a la actual...). Se ve que en este país ¡no hay manera de entenderse! Me está gustando mucho este libro y aprendiendo mucho vocabulario, por ejemplo, eso de "rolla" no lo había oido ¡en mi vida! Espero acabarlo pronto. Muchos besotes, M.

Asun dijo...

Ay, Pancho. Todavía no me he puesto a una con la lectura del Hereje. A este paso vas a acabar el libro y yo todavía en el preludio.

Besos

Paco Cuesta dijo...

Bernardo Salcedo es la figura del perdedor, por una u otra razón, cuando cree haber alcanzado la felicidad de engendrar un hijo o tener una amante, la fortuna se vuelve contra él.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Llego tarde a esta lectura, querido amigo.

Ello no me impide desearte una feliz navidad y en viarte un calido y fuerte abrazo, con mis mejores deseos para el proximo 2011.

Un abrazo...!

Myriam dijo...

Muy interesante todo el trasfondo político de la época. Realmente es un placer leer test libro, así que gracias por tu sugerencia ahacerlo.

Además me gusta el retrato que hace Delibes de Bernardo Salcedo. Y el niño Cipriano, ya se intuye que es muy avispado, despierto, vivaracho.

Besos

Myriam dijo...

test: este

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

No sabía de que marchaba el tema y he tenido que recurrir al etiquetado de tus entradas (las bondades de bloguer); y me parece estupendo, voy a leer cada una de tus entradas y te las comentaré...pero en las fechas de vacaciones. Pues como habrás notado mi paseo por los blogs es bastante floja, pues no tengo tiempo desde que mis nuevas atribuciones en el trabajo acaparan casi todo mi tiempo el libre y el de trabajo.

El libro no lo voy a leer por falta del tiempo...pero con tus artículos y tus comentarios seguro que será más que suficiente. un abrazo

Gelu dijo...

Buenos días, pancho:
Delibes nos sitúa perfectamente en la situación políticasocial del momento.
Seguiremos con los personajes:

"Había en Petra una malicia natural...
...don Bernardo se mostraba un hombre liberal, soltaba los ducados con generosidad, actitud sorprendente en él que siempre había sido guardadoso en vida de doña Catalina.
...don Bernardo consiguió ampliar sus horas de placer mediante el fácil recurso de explicitarlas.
...Ignacio Salcedo ocho años más joven que don Bernardo
...don Ignacio era el vecino mejor informado de Valladolid, no ya sobre los nimios sucesos municipales sino de los acontecimientos nacionales y extranjeros.
Ella (Minervina) le preguntaba (al niño)luego en la cocina: ¿Es que no quieres al papá? No Mina; me da frío.
...Cruel, como buen mujeriego tímido, soñaba con una solución quimérica que produjese dolor a la muchacha.
...don Bernardo volvió a insistir en que, le gustara o no, Cipriano no era más que un pequeño parricida.
Ignacio volvió a repetir que no tentara a Nuestro Señor y añadió algo inquietante y de lo que nunca había hablado: que el hecho de que el pequeño Cipriano hubiera nacido el mismo día que la Reforma luterana no era precisamente un buen presagio.
...Su bodega y su biblioteca, con quinientos cuarenta y tres volúmenes, eran de la más acreditadas de la villa.
...don Bernardo a pesar de ser ocho años más viejo que él, sentía por su persona y opiniones un respeto físico, especulativo y profundo.
...Escúchame María de las Casas -advirtió- Si el día de mañana, y Dios no lo quiera, me agarro una sífilis por tu culpa, mandaré apalearte hasta reventar y luego te meteré en la cárcel hasta que te pudras. Tengo un hermano en la Chancillería, no lo olvides."

Saludos.

Ele Bergón dijo...

Querido Pancho, he de decirte que he leido bastantes libros de Delibres y su lectura siempre me ha encantado, me parece uno de los mejores escritores de este siglo que hemos tenido en lengua castellana ; pero este en concreto, te confieso que no he llegado hasta su final porque habia algo en el que no me acababa de enganchar. Lo tenia en la estanteria de casa y cuando el murio comence a leerlo. Creo que llegue hasta la mitad del libro y ya no continue. Es verdad que habia trozos y personajes como el Minervina que si, que si me gustaban, pero habia otros personajes y descripciones como el de la caza, las batallas, que me resultaban pesados y nada atractivos. Como dice Abejita quiza sea un compendio de todos sus libros. Me da un poco de verguenza confesarlo, pero es asi. Quiza leyendo tus explicaciones sea capaz de digerirlo.

Un abrazo

Luz

Myriam dijo...

Paso nuevamente a desearte Felices Fiestas, una muy Feliz Navidad en cia de los tuyos y un Próspepro año nuevo.

Me alegro de que te hayan gustado mis patos y no lo dudes, mi retiro es temporal, sólo el justo y necesario.

UN abrazo

Antonio Aguilera dijo...

Esta mañana me ordenó la señora de mi casa a limpiar el cuarto de los libros, que más que biblioteca parece el corral de la pacheca, todo amontonado.
Pues me alegro en comunicarte que encontré los apuntes de cuando leí El Hereje, hace tres años. Pero como mi Santa me tuvo todo el día de limpieza, que hay que ver cómo brillan algunos libros cuando están limpios; no pude repasarlos los apuntes.
Pero alguna noche con la lamparita anexa al tálamo los leeré. No tendré tiempo de hacer una entrada en mi blog, pues soy muy lento para estas cosas, pero ya te comentaré algo por aquí.

un abrazo

Abejita de la Vega dijo...

La relación difícil con el padre es un tema que se repite en Delibes; aunque, al parecer, no fuera el caso del escritor. Cuenta que le llevaba al campo, le enseñaba a cazar. los animalillos...

La relación cariñosa con las tatas es otro tema repetido. En clases sociales más bien altas suplían, a menudo, el afecto materno.

Gracias por facilitarnos oír ese canto que muy bien podía ser nuestro himno. Desde entonces, aquí no se levanta ni...

Besos, Celestino-Pancho

pancho dijo...

Pedro: He leído que Delibes se asesoró con algunos de los mejores especialistas en la época para escribir la novela, aparte de todo su trabajo en investigación que fue descomunal. Tenemos que tener en cuenta que es la primera novela y la última de temática histórica que escribió. Seguramente que habría sido comunero de haber vivido en la época.

Merche: Hay mucho individuo demagogo interesado en acentuar lo que nos separa, en lugar de luchar por el entendimiento. Delibes sabía mucho del castellano de pura cepa de la Rivera del Duero, de Este a Oeste.

Asun: Éste no es como el Quijote. Es mucho más fácil de leer.

Paco: Es un personaje muy bien dibujado, que hace desaparecer de un plumazo don Miguel en el siguiente capítulo.

Cornelius: Feliz Navidad también para ti y todos los tuyos.

Myr: Va a ser el protagonista absoluto, de modo que ya presenta esas trazas que citas desde pequeño. Me alegro de haber sido el inductor de una buena acción, algo salimos ganando.

Tucci: ¿Eres director? Estos cargos son como cargas pesadas. Encantado de que te leas las entradas, pero ya sabes que hay cosas que las veo a mi manera.

Gelu: Perfectamente resaltados los rasgos más característicos de los personajes principales, sobre todo la dualidad de los dos hermanos. Uno intelectual que amaba los libros e influía en las personas con sus ideas y otro al que le gustaban los bares y todo lo que sabía lo aprendía en su relación con los amigotes de la taberna. Son dos maneras de ver la vida. De estos tipos de gente está la sociedad llena.

Ele: Nada pues a por él. Tus aportaciones tan cualificadas serán apreciadas en su justa medida. Leí varios de Delibes hace años, cuando no existía Internet. Este estaba en la estantería desde hacía años, ya un poco amarillento, que lo tengo delante, esperando lectura.

Aguilera: Tus aportaciones son siempre a tener en cuenta. Si son de hace años, mejor. Ahora tengo la estantería de los libros menos mal, que le tocó limpieza por el verano. Muchos los llevé para la otra casa y allí siguen amontonados.

Abejita: Es difícil lidiar con los hijos. Hacen poco caso a lo que le dices. Valoran poco los consejos de los que ya hemos pasado la mayor parte de la vida. Cuesta equilibrar el desnivel generacional.

Gracias por vuestras valiosas aportaciones, un abrazo y Feliz Navidad a todos.