Fotografía de la exposición Los mundos de GTB
Cervantes, en persona, entrega a don Gonzalo el premio Cervantes en 1985
“El narrador dice haberla tomado (la novela), en parte, de ciertos documentos, y, más adelante, de un manuscrito arábigo: nuevo caso del ya entonces tradicional artificio del “manuscrito hallado”, aunque con la variante, muy importante técnicamente, de que el narrador no lo transcribe, sino que lo cuenta, lo cual complica la cuestión con la existencia, igualmente ficticia de otro narrador, segundo o tercero, según se mire, que tiene nombre propio dentro de la novela –Cide Hamete Benengeli-, pero que en el texto no actúa sino como término de referencia”.
Sin preámbulo de ninguna clase, nos topamos con una declaración de intenciones del segundo narrador que nos reafirma, a los lectores, en la importancia de la lectura de los clásicos, párrafo cuya lectura te hace poner en tela de juicio la validez de otras lecturas, sobre todo a los que ya no nos queda mucho tiempo que perder en banalidades de escaparate y booms literarios de escaso aporte. Texto que te entrega generosamente las llaves que permiten acceder al secreto y a la íntima satisfacción que proporciona la lectura. Como si Cervantes hubiera detenido el tiempo en el elogio a Cide Hamete, narrador original, por su estilo, por lo detallado de sus escritos y una apuesta decidida por el tipo de novela que a él le gusta junto a una nivelación de los distintos planos narrativos de la novela. Asimismo, es observable en el capítulo la continuación del protagonismo de S y la dedicación casi exclusiva del relato al desencantamiento de las dueñas barbudas, olvidándose de la mona y del cocodrilo desprovistos de movilidad, que permanecen en su ser de solidificación permanente.
"...sobre quien llevó el valeroso Pierres a la linda Magalona..."
S, que ve a la dueña Dolorida desmayada, le echa en cara a Malambruno la severidad de su castigo. Piensa que con haberles seccionado “la mitad de las narices de medio arriba, aunque hablaran gangoso” habría sido suficiente.
Una de las trece dueñas afectadas apoya la propuesta de S escudándose en la excusa de que no tienen capital suficiente para que una esteticienne volante, especialista en desbarbar, pueda ir por las casas a cumplir con su cometido. Ellas se han aplicado al autorrapado. De esta forma evitan que “radio macuto” propague la vergüenza, la noticia.
"Se llama Clavileño el Alígero, cuyo nombre conviene con el ser de leño y con la clavija que trae en la frente"
DQ promete pelarse sus barbas en tierra de moros si su brazo no es capaz de desencantarlas. Apenas oye la desmayada el compromiso del Caballero que vuelve en sí de su vahído. Apremiada por DQ, cuenta que Malambruno en persona pondrá a su disposición el mismo caballo de madera compuesto por Merlín “que ni come, ni duerme ni gasta herraduras”. Dotado de un caminar tan suave que se “puede llevar una taza llena de agua en la mano sin que se le derrame gota”. Ni que decir tiene que esto a S le parece tontería, ningún caballo puede entrar en competencia con su rucio que destaca por su paso lento, reposado y llano, sin necesidad de volar. S, como buen escudero que se considera, se interesa por las características técnicas de este ingenio volador: ¿Cuántos caben a su grupa?, ¿Cuál es su nombre?, ¿Cómo se pilota el artilugio? A todo ello da más que cumplida respuesta la Dolorida Condesa. Le informa que caben dos – caballero y escudero – S se queja de la incomodidad de un asiento de madera para un trasero de gobernador de ínsula: “yo no me pienso moler por quitar las barbas a nadie: cada cual se rape como más le viniere a cuento”
En efecto, S pone pegas al viaje. Tiene esperanzas de quedarse a seguir con la penitencia de los azotes para desencantar a Dulcinea. S objeta que si son los caballeros los que se llevan la fama, a ellos mismos les corresponde acometer las aventuras. No le parece razonable que los historiadores digan: «Don Paralipomenón de las Tres Estrellas acabó la aventura de los seis vestiglos» y querer verse acompañados de los escuderos. Pone como excusa los azotes, pero bien sabemos ya los lectores que lo que de ninguna manera desea es retraso en el asunto de la ínsula.
En resumen, se trata de un capítulo que corre en paralelo a las reticencias de S a acompañar a su amo, con la exposición de dos razonamientos bien trazados: le importan un comino el asunto de las barbas de las dueñas y el poco mérito que se le concede a los escuderos en las hazañas de sus amos. A S no le queda más remedio que aceptar la marcha debido a la insistencia de su señora duquesa y a la intervención de DQ que se muestra tajante al afirmar que S hará lo que se le ordene.
Un postrero lamento de la Trifaldi hace llorar a todos y a S aceptar la decisión última de su amo para así librarlas del maleficio barbado de Malambruno, sin mencionar para nada el otro motivo de la llegada del gigante: desencantar la infanta y Don Clavijo.
Stepan Mart
¿Qué tienen que ver los escuderos con las aventuras de sus señores?
Este comentario pertenece al grupo de lectura del Quijote que coordina y dirige desde La Acequia el profesor D Pedro Ojeda Escudero y ya ha sido publicado en la misma
18 comentarios:
No percibí que tambien querían desencantar a Clavijo y Antonomasia... Tendré que leer con más atención. Estupendos tus dibujos y grabados. Besotes, M.
Ante todo gracias por tu bello comentario en mi penúltima entrada... la viñeta primera genial...
un abrazo
Buenos días, pancho:
Hoy he ido marcha atrás en tus entradas, que leo siempre, y me consideraba en deuda al no escribir un comentario para corresponder a tus cuidadosos trabajos.
En tu post anterior, he coincidido con Manuel de la Rosa.
Mi abuelo materno, en sus últimos años, estaba sordo -a conveniencias-y tenía cataratas. Todos los días, por la tarde, bajaba a la taberna que había a la vuelta de su casa -un tercer piso sin ascensor- y poquito a poco se llegaba hasta allí para beberse un vasillo de vino o compartir un porroncillo con los amigos. Las últimas palabras de mi abuela al despedirle en la puerta eran: "Para ir a misa estoy cojo, pero para ir a la taberna poquito a poco". Y cerraba la puerta.
El no sé si la oía o no, pero creo que mientras agarrado a la barandilla vencía a los peldaños, bajaba riendo.
Saludos. Gelu
Excelente comentario, pero déjame que alabe el inicio: Torrente Ballester supo leer el Quijote y llevarlo a su propia obra como pocos novelistas del siglo XX.
Muy buen resumen del capítulo. No te has dejado detalle.
A mí también se me había olvidado que ahí están todavía Antonomasia y Clavijo. Gracias por recordármelos.
Besos
Yo me incorporé a la lectura cuando Sancho crecía en protagonismo y se va creciendo día a día hasta el atrevimiento de protestar,de hacerse de rogar,hice algo de trampa y leí el siguiente capítulo,¡caray,que Sancho hasta fantaseará!.
No es exactamente una trampa porque también ojeé algo por los primeros capítulos de la segunda parte ya que tengo la impresión de que me pierdo detalles.
Abrazos
El peso de la narración descansa sobre Sancho y la Dolorida en estos últimos capitulos, ambos son`presentados como los más perpicaces y ocurrentes. Se habrá desplazado el protagonismo o es otro juego del Autor..
En este capítulo, nos hemos olvidado de la pobre y mona Antonomasia,junto con su don Clavijo cocodrilo. Nos hemos centrado en las barbudas, con sus parches pegajosos y sus súplicas.
Sancho no quiere saber nada de lo que estorbe el camino a su ínsula. Y las dueñas le caen mal, si fueran doncellitas, otro gallo le cantaría.
Ese don Quijote de Stepan Mart parece un chino mandarín.Y Clavileño tiene una sonrisilla ¡tan irónica!
Es un placer pasar por aquí.
Un abrazo
El narrador del Quijote se deshace en alabanzas a Cide Hamete y el resto de la troupe, mayormente ne gusto que llamara a Sancho gracioso.
La gracia esta en que todos abusan y se rien de el.
Parece ser que el profe Ojeda toma el laudatorio de entrada como una satira a los mencionados. He leido como tu en algun blog has mencionado la ambiguedad del Quijote. Estoy contigo, cada lector somos un mundo, y nuestras visiones difieren.
Muy buenas imagenes traes para ilustrar la entrada. ¡Y yo que no encuentro ninguna buena por el buscador de Internetee!!.
Feliz tarde de dimanche, "manque" sea de futbol.
Curiosidad:Eres el que me queda por saber, de todos los docentes que pululais por este foro, a que materia te dedicas. ¡Curioson que es uno!.
Apuesto que por la Lengua y Literatura...
O es que sabes de to.
Merche: El trabajo desencantador es doble, pero Cervantes se centra sólo en las dueñas peludas. Se adapta mejor a la parodia y chanza.
Tucci: Las gracias sean dadas a Ángel González, gran poeta, sólo copié y pegué algo que conocía.
Gelu: También te leo tus estupendas intervenciones en el blog de Manolo y otros. Esto se va ampliando. Los comentarios no tienen que constituir una obligación. Los fines de semana tengo más tiempo para pasarme por otros sitios, pero entre semana, si lo hago es corriendo. No hay tiempo de más.
Tu abuelo sí que sabía.
Pedro: La vida de Don Gonzalo debió de ser literatura, de otro modo, no se entiende todo lo que escribió.
Asun: He pasado por tu casa a ver el comentario que dejaste en La Acequia y no lo he visto. Te leí algo interesante sobre grafología.
Cosmo: Los capítulos son bastante independientes estre sí, pero el asunto de nuestro amigo Cide ya viene de atrás.
Abejita: El contraste barroco y el juego paródico se plasma mejor con estas dueñas peludas que hay que trasquilar. La situación se lleva al extremo: un gobernador que arriesga su vida por desbarbar a unas féminas de dudosa reputación.
Las imágenes que ha suscitado El Quijote desde su publicación son todo un mundo que estoy descubriendo con esta lectura.
Paco:Su protagonismo seguirá, al menos hasta el capítulo de la ínsula Barataria.
Aguilera: No te fíes de Sancho que tiene mucha guasa. Lo único que le pierde es su ambición. Sólo ve ínsulas por todos los lados.
Por eso es tan importante el libro, por la gran cantidad de posibilidades que ofrece. Cervantes las potencia jugando con la ambigüedad en muchas situaciones. También es parte del cometido de la literatura; hacer pensar a los lectores. Esa es una de las cosas que diferencia un clásico de la literatura de aluvión que te meten por los ojos con el fin de uniformizar los espíritus, para que no haya divergencias en las formas de pensar, que siempre es molesto para la clase dirigente. Cumplen una función doctrinal.
Hoy hemos jugado mejor contra el lider, pero hemos estado desacertados en la definición. elos tampoco han estado finos.Gran ambiente en el Helmántico, sobre todo de seguidores donostiarras. Algunos se olvidaron de la Unión para ir a Pucela para ver al R. Madrid.
Un abrazo a todos y muchas gracias por vuestras palabras tan amables y vuestros comentarios.
PANCHO, no acabo de entender qué es lo que no has visto, ¿mi comentario en La Acequia o lo de mi blog de grafología? Acabo de comprobar en los dos sitios y las dos cosas están.
Asun: Lo que no vi fue el comentario del Quijote que hiciste en La Acequia en tu blog. Lo de la manera de pesarse es muy bueno.
Ahhhhhh!!!! Creo que ya entiendo jajajajaja. Es que estoy un poco espesa.
Entiendo que esperabas encontrar en mi blog una entrada con el comentario que hice en La Acequia ¿no? Es que no lo he publicado. No me pareció como para una entrada.
Besos
Estoy contigo en que hay que leer a los clasicos, y no perder el tiempo con los productos de usar y tirar que tienen todos, como mencionas, una unica lectura.
SI, s ya entendí... poseo un gran hueco en mi cultura: no he leido nada de GOnzalito Ballester.... asi que apuntadito queda con especial atención a como usa del Quijote en su obra.
Y como Antoninus Pius aqui arribita mio dice, vamos pa´los clásicos y na... de esas novelitas bien vendidas que nuestro profe llama Best-sellers y nos da las 10 claves pa lograrlo.
Abrazo clásico, elegante, profundo, sentido y en vias de superación cultural.
Asun: Aquí todos aprendemos del gran jefe, que es el que sabe, los demás ahcemos lo que podemos.
Aguilera: Lo dices muy bien. Lo interesante de la lectura es que nos haga mejores, de otra forma no tiene sentido. Mejor dedicarse a ota cosa.
Myr: Alguno de vosotros tendría fácil escribir bestsellers si se pusiera a ello. Otra cosa distinta sería que se vendieran.
Un abrazo a todos y agradecido por vuestra visita.
Pancho; es que si no se vendieran... serían BADsellers ... hehehehe
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