martes, 29 de diciembre de 2009

Argollas en la piel de la ciudad


Grapas centenarias que allegan la piel herida de la ciudad, como consecuencia del terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755. A punto estuvo de derrumbar la torre de la catedral.

“El espíritu de los estudios humanistas está tatuado en la geografía urbana de Salamanca de tal manera que la ciudad no puede desprenderse de la carga de su historia.”

Fernando Rodríguez de la Flor





8 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Quizá son grapas para suturar heridas mal cicatrizadas...

Myriam dijo...

Impresionante foto que lo dice todo...
y sí, hay heridas mal cicatrizadas...

Myriam dijo...

Limpiando heridas, cerrando ciclos, te deseo lo mejor de lo mejor para este nuevo año, PANCHO y que se cumplan tus expectativas.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Buenas noches, pancho:

Me ha encantado tu entrada anterior dedicada a Federico García Lorca, y a sus poemas en Nueva York.
Las crisis del alma, las argollas en las piedras de los edificios..., siempre hay heridas por curar, y la mayor parte de las veces, son simples parches.

Saludos. Gelu

pancho dijo...

Pedro: La piel de las ciudades se parece mucho a la de las personas.

Myr: Me he gallardeado como DQ, no es para menos, es la primera vez que me dicen que una de mis fotos,( esta la saqué yo ¡Eh!) vale para algo. Seguro que Manolo (puntos de Vista) le ha sacado cuarenta defectos.

Gelu: Las ilustraciones las escaneé de una Historia de la Literatura que lleva en la estantería toda la vida. Mira por donde ahora es útil. Después he mirado en Internet y también están, sólo hay que tener tiempo, paciencia y rastrear.
La entrada que hay en la wiki sobre PNY es muy buena.
Casi de lo que más contento estoy es de que aprendí a poner vídeos de youtube, es muy fácil cuando alguien te lo cuenta antes, Manolo again, que es un artista en muchas artes.

Un abrazo a todos y Féliz Año. He dejado el comentario del Quijote programado para esta noche. Ya veremos si funciona el invento.

Ele Bergón dijo...

Pancho, te deseo que tengas un Feliz Año 2010, lleno de agradables sueños y sin necesidad de grapas para amarrar al tiempo.

El Sanchico también te desea un Feliz Año y que no te atragantes con las uvas, que él prefiere comerse gajos de mandarina. Tiene mucha ilusión por conoceros algún día a todos los que estáis colgados con la historia de su padre y el Alonso.


Un abrazo y un choque de manos

Luz y Sanchico.

Manolo dijo...

La foto es un buen documento, Pancho. ¿Qué pegas podía ponerle? Ninguna, claro.
Haces que me salgan los colores. No es para tanto. Los amigos estamos para ayudarnos.
La pena es que a muchas heridas de la ciudad no las han dejado cicatrizar. Han aplicado cirugía radical y se han llevado los monumentos por delante.
Qué tengas, tú y tu familia, una buena entrada y una mejor continuación del año que va a nacer.
Un abrazo

pancho dijo...

Ele: A ése no hay quien lo detenga. es el que siempre pasa, pero por soñar que no quede.

Sanchico, que vayan pasando los gajos de la naranja, que son muy sanos, más que los excesos de la noche.

Manolo: Me encanta que Ud. se pase por este portalillo. Se pone colorao de los fríos de la Tierra Alta.

Qué razón tienes; es impresionante la cantidad de edificios de entidad que han desaparecido en esta ciudad en los últimos tiempos: Trilingüe, teatro Bretón, Gran Hotel... en peligro la literaria represa del molino del Lazarillo...

Feliz Año también para ti y los tuyos