Traigo aquí, al lugar más noble de la entrada, al rucio de Sancho, en compensación a la burla que sufrió en las eras de la aldea, que no se lo merecía.
Ardua tarea la que nos propone nuestro coordinador de lectura para esta semana, porque pocas cosas serán más difíciles de abordar que resumir en unas cuantas líneas la inmensidad del significado del Quijote de la Mancha, máxime después del asalto sin contemplaciones que el grupo, formado alrededor de La Acequia, ha hecho de la obra a lo largo de casi tres años (qué breves se han hecho ahora que han pasado y cuánto los vamos a echar de menos), sin desfallecer ni faltar a la cita ni una semana. Por eso y porque los deseos del que tanto trabajo y empeño ha puesto en que esto tuviera un final feliz son órdenes para los que estamos a este lado de la pantalla vacía de palabras, con el “horror vacui” a cuestas, aquí va mi humilde y escasa aportación, como no puede ser de otra manera, consciente de que estas muletillas no se deben poner en una redacción, pero que ocupan sitio cuando no se tiene mucho que contar o las ideas se te amontonan, pero no aciertas a buscar las palabras precisas para darles salida.
Descolguemos pues la pluma de Cide Hamete Benengeli, que dejó colgada en la espetera de su cocina, para volver a untarla en tinta y emborronar unos pliegos de papel, como han debido y deben hacer todos los que a lo largo de la historia posterior a su publicación primera de 1605 han querido y quieran escribir algo sobre el significado del caballero andante más renombrado de la historia. Vistas así las cosas: ¡Qué escasos los días de ocio de pluma tan afamada!
En cuanto a la lectura colectiva, con dirección a distancia aprovechando la herramienta de Internet, me quedo con el éxito total que supuso la propuesta de Pedro de ir comentando al ritmo de capítulo semanal. Ello significó que las deserciones a lo largo de la lectura fueran mínimas y que, en cambio, diera la posibilidad de que nuevos lectores se incorporaran con el tren en marcha y que el entusiasmo que pusieron los recién llegados se contagiara a los que ya llevábamos semanas en el corte.
Esta lectura del Quijote ha supuesto a nivel personal, primero y ante todo, la satisfacción de poder decir:”He leído El Quijote”. Sólo con esta afirmación ya estaría compensado con creces el esfuerzo hecho a lo largo del tiempo de lectura. Pero es que hay muchas más cosas que suman a favor de la lectura, como puede ser la apertura de esta ventana que permite expresarme y que gente de todos los lugares lo puedan leer, comentar, divertirse con o aburrirse como ostras, consciente soy de ello y es el riesgo que se corre siempre que subes algo a la estampa. En todo caso fácilmente evitable con un click que te cambie de canal. No me gustaría dejar sin citar que este cuento que no es cuento ha sido, y por supuesto, continua siendo, el mejor taller literario que uno podía imaginar: ni en los mejores sueños había ni siquiera intuido que alguna vez iba yo a ser capaz de escribir con este desparpajo una parrafada como la presente, teniendo en cuenta el punto de partida acomplejado por la timidez de mi pluma comparándola con la de otros. El trabajo sobre El habla de Lumbrales es deudor de este formato blog.
Podría añadir como elementos positivos, y a fe que lo hago, el conocimiento de gente maravillosa, que no nombro por evitar olvidos, tan contagiada o más, de la locura de DQ como el que esto firma. Sin ese contagio sería difícil de entender tanta persistencia en poner buen fin al empeño. La constatación de comprobar que cualquiera puede emprender y llevar a buen término cualquier misión que se proponga con tesón y entrega, algo fácil si contamos con la ayuda del espíritu de DQ y una mínima disciplina a la hora de sentarse y ponerse a darle a las teclas.
De las aventuras de este personaje derrotado que ve el mundo de forma incorrecta, que no consigue transformar y que sufre las consecuencias de su confusión (los molinos siguen siendo molinos) a pesar de su empeño, y como colofón final a esta lectura, me gustaría que quedara de enseñanza cuán necesarias son las locuras para la vida, porque una locura personal puede convertirse en locura colectiva. Para entonces, la locura deja de serlo para ser consenso de una sociedad, indispensable para su avance. Cuánto le debemos y cuánto nos queda aún por aprender en este país de este viejo visionario que dejó su vida regalada de hidalgo en la aldea y se echó a los caminos, con bagaje y armas, en busca de aventuras.
Os dejo este vídeo de producción propia, por lo tanto de calidad cuanto menos dudosa, que he hecho como coda final con materiales que he ido reuniendo en la carpeta, "Cervantes", del escritorio del ordenador que ha sido compañera de los dos años y medio de andadura por los caminos que recorrió DQ. En una de las fotos estoy acompañando a los dos blogueros primeros, que me introdujeron en este pequeño, pero no por ello menos entrañable mundo de las ondas. También estoy con otro mago de la imagen, que no deja de enseñarme misterios blogueros que ahorran mucho tiempo. A que no son malas referencias.
Descolguemos pues la pluma de Cide Hamete Benengeli, que dejó colgada en la espetera de su cocina, para volver a untarla en tinta y emborronar unos pliegos de papel, como han debido y deben hacer todos los que a lo largo de la historia posterior a su publicación primera de 1605 han querido y quieran escribir algo sobre el significado del caballero andante más renombrado de la historia. Vistas así las cosas: ¡Qué escasos los días de ocio de pluma tan afamada!
En cuanto a la lectura colectiva, con dirección a distancia aprovechando la herramienta de Internet, me quedo con el éxito total que supuso la propuesta de Pedro de ir comentando al ritmo de capítulo semanal. Ello significó que las deserciones a lo largo de la lectura fueran mínimas y que, en cambio, diera la posibilidad de que nuevos lectores se incorporaran con el tren en marcha y que el entusiasmo que pusieron los recién llegados se contagiara a los que ya llevábamos semanas en el corte.
Esta lectura del Quijote ha supuesto a nivel personal, primero y ante todo, la satisfacción de poder decir:”He leído El Quijote”. Sólo con esta afirmación ya estaría compensado con creces el esfuerzo hecho a lo largo del tiempo de lectura. Pero es que hay muchas más cosas que suman a favor de la lectura, como puede ser la apertura de esta ventana que permite expresarme y que gente de todos los lugares lo puedan leer, comentar, divertirse con o aburrirse como ostras, consciente soy de ello y es el riesgo que se corre siempre que subes algo a la estampa. En todo caso fácilmente evitable con un click que te cambie de canal. No me gustaría dejar sin citar que este cuento que no es cuento ha sido, y por supuesto, continua siendo, el mejor taller literario que uno podía imaginar: ni en los mejores sueños había ni siquiera intuido que alguna vez iba yo a ser capaz de escribir con este desparpajo una parrafada como la presente, teniendo en cuenta el punto de partida acomplejado por la timidez de mi pluma comparándola con la de otros. El trabajo sobre El habla de Lumbrales es deudor de este formato blog.
Podría añadir como elementos positivos, y a fe que lo hago, el conocimiento de gente maravillosa, que no nombro por evitar olvidos, tan contagiada o más, de la locura de DQ como el que esto firma. Sin ese contagio sería difícil de entender tanta persistencia en poner buen fin al empeño. La constatación de comprobar que cualquiera puede emprender y llevar a buen término cualquier misión que se proponga con tesón y entrega, algo fácil si contamos con la ayuda del espíritu de DQ y una mínima disciplina a la hora de sentarse y ponerse a darle a las teclas.
Don Quijote deja su casa en busca de aventuras. La rueda de la fortuna le abre la puerta.
1989-Mainz-Krahenwinkel
1989-Mainz-Krahenwinkel
De las aventuras de este personaje derrotado que ve el mundo de forma incorrecta, que no consigue transformar y que sufre las consecuencias de su confusión (los molinos siguen siendo molinos) a pesar de su empeño, y como colofón final a esta lectura, me gustaría que quedara de enseñanza cuán necesarias son las locuras para la vida, porque una locura personal puede convertirse en locura colectiva. Para entonces, la locura deja de serlo para ser consenso de una sociedad, indispensable para su avance. Cuánto le debemos y cuánto nos queda aún por aprender en este país de este viejo visionario que dejó su vida regalada de hidalgo en la aldea y se echó a los caminos, con bagaje y armas, en busca de aventuras.
Os dejo este vídeo de producción propia, por lo tanto de calidad cuanto menos dudosa, que he hecho como coda final con materiales que he ido reuniendo en la carpeta, "Cervantes", del escritorio del ordenador que ha sido compañera de los dos años y medio de andadura por los caminos que recorrió DQ. En una de las fotos estoy acompañando a los dos blogueros primeros, que me introdujeron en este pequeño, pero no por ello menos entrañable mundo de las ondas. También estoy con otro mago de la imagen, que no deja de enseñarme misterios blogueros que ahorran mucho tiempo. A que no son malas referencias.
Este comentario pertenece al grupo de lectura del Quijote que coordina y dirige desde La Acequia el profesor D. Pedro Ojeda Escudero.
13 comentarios:
¡Jo! Sí que te lo has currado... Excelente el video y la canción de Asfalto. Por un momento llegué a pensar que eras tú el que cantaba... Besotes, M.
Suscribo lo que dices. Tambien para mi ha sido un placer acompañaros a todos en esta linda aventura quijotesca.
Un abrazo.
Como siempre, sin palabras, basta tu obra y compañía.
¡GRACIAS!
Pre-cioooo-so tu video PANCHO y un gusto para mí habeer compartido contigo esta aventura.
Nos vemso dentro de poco hasta tanto, un abrazo.
Un excelente broche final este que nos dedicas, Pancho. Hay mucha trastienda detrás de tus excelentes comentarios. Se pasan muchas horas con los comentarios, pero merece la pena el esfuerzo. Es un gozoso trabajo, un gozoso aprendizaje.
Un abrazo
Comparto contigo la misma satisfacción de poder decir que ahora sí he leído El Quijote.
El vídeo es una maravilla, tanto las imágenes como la música.
Ha sido un placer compartir eta experiencia contigo.
Besos.
Buenas noches, pancho:
Como os dije, al final creo que pronto estrenaré mi primer blog. Y espero tener la ayuda del mismo mago de la imagen que tú.
El vídeo que has puesto increíble, por todo. ¡ENHORABUENA y GRACIAS!.
¡Qué detalle que te hayas acordado de Rocinante!. ¡Qué sorpresa el grupo ASFALTO!, me ha encantado su canción tan especial. Y las otras, enlazadas. ¿Sabes?, me han recordado con su nombre a mi querido amigo Jean Paul, que confundía el olor del alquitrán del asfalto con el de la naftalina.
¡Cuánto le hubiera gustado apuntarse a esta lectura del Quijote!.
A ver que nos prepara el profesor Ojeda, para la próxima lectura.
Saludos. Gelu
Pancho, solo puedo decirte una palabra GENIAL, GENIAL, tanto el texto como el video.
Besos
Luz
Creo que es justo decir que el primero en analizar los capítulos fuiste tú y luego se animaron otras personas.
Me encantó el vídeo.
Ha sido genial nuestra aventura literaria.
Llegué a la lectura cuando vosotros ibsis por el cap 2.26. Recuerdo que cuando aquello aún no tenías el blog abierto, sino que publicabas tu coemnterioen la entrada de Pedro. Yo siempre la leía porque denotaba conocimiento de causa. Sabías lo que te decías, y alguna vez Pedro lo dijo en público.
Pues estoy contigo en que es un lujo decir "he leído El Quijote"; ahora que decir "he leído El Quijote con Pedro Ojeda y su grupo de lectura es ya un paroxismo intelectual, un gozo casi insuperable.
Gracias por haber estado ahí y haber podido conocerte.
Siento no poder ver el video, tengo algún problemilla informático; porque la música de Asfalto me mola, yo pingué bastante con Leño que era cohetáneo.
Si puedes pásame el enlace por mi revulsivo.
Un abrazo
Querido Pancho: Recuerdo tus primeros comentarios en La Acequia, recuerdo tu bautismo y tu entusiasmo al acoger la lectura del Quijote. Semana a semana has sido constante y has aportado mirada significativa y búsquedas incesantes de citas relacionadas con el tema e ilustraciones alusivas.
Espero que sigamos adelante.
Aún recuerdo tus comentarios primigenios. Es que el tiempo pasa tan rápido que no somos conscientes. Hiciste un buen montaje, no decías que no manejabas las tecnologías? Un abrazo
Tus comentarios, de un verbo fluido, me han ayudado en gran manera a comprender el Quijote. ¡Gracias!
Al igual que Asun, también me subo al carro de la satisfacción de poder decir: ”He leído El Quijote”.
Un abrazo.
P.D.: Nos vemos en Burgos.
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