domingo, 7 de marzo de 2010

La Cueva de Salamanca (2).




 


Hay numerosas referencias de viajeros y autores sobre la cueva de Salamanca como lugar de dudosa reputación. A su resguardo se cobijaban círculos heterodoxos -judíos, alquimistas, cabalistas y masones- que atraídos a la ciudad por la fama de sus estudios, practicaban en la cueva sus respectivos ritos herméticos y convocaban sus asambleas oscuras. La entrada a este mundo subterráneo se situaba en la iglesia de San Cebrián, frente al palacio del Marqués de Villena, quien, según la leyenda, bajó a la cueva para iniciarse en los misterios de la brujería a principios de XV. El destino quiso que al final de los siete años de enseñanza a la luz de una vela incombustible, fuera él el elegido para ayudar al diablo en sus quehaceres dentro de la gruta. El marqués burló la vigilancia del diablo escondiéndose en una tinaja – según otros en una redoma- . A la mañana siguiente ascendió a la iglesia y confundido con las beatas alcanzó la ansiada libertad. Se dice que el marqués olvidó la sombra dentro de la tinaja y durante el resto de sus días vivió sin ella. De esta forma un hombre sin sombra pasó a ser para siempre sospechoso de malas artes y magia. Desde entonces la Cueva sigue hechizando a todo el que no sigue la despejada senda de los descreídos.

La luz se enfrenta a la oscuridad, el conocimiento oficial impartido en la universidad salmantina, se contrapone, por la fuerza de su virtud positiva a las sombras intranquilizantes de la transgresión de la vida subterránea, objetivada en las asignaturas que allí se ofrecían: arte mágica, astrología, judiciaria, geomancia, hidromancia, piromancia, aeromancia, quiromancia y la repugnante nigromancia.



Foto del blog, Silbando al caminar


La fama de ciudad mágica se extendió por el mundo y así en Latinoamérica se llaman salamancas a todas las cuevas dedicadas a cultos mágicos.
Washington Irving en su narración El Soldado encantado incluida en Leyendas de la Alhambra dice: “La cueva de San Cipriano, en Salamanca, es un lugar del que muchos han oído hablar, pero cuyo emplazamiento exacto nadie puede afirmar con certeza cuál era. En tiempos remotos vivió en ella un astrólogo, versado en las artes de la quiromancia y que, al decir de las gentes, tenía profundos conocimientos de todo cuanto a plantas medicinales se refería. Pero, desde hace ya siglos, está cerrada sin que a nadie le preocupe demasiado dónde se encontraba en realidad. Los viejos del país, sin embargo, afirman que la entrada a esa cueva se hallaba donde hoy se encuentra la plazoleta del seminario Carvajal, cerca de la cruz de piedra que se eleva en el mismo centro. Y esa tradición la confirma en cierto modo la siguiente leyenda. Escuchadla:”

También el escritor romantico escocés Walter Scott se hizo eco de la cueva en uno de sus poemas:
A wizard of such dreaded fame
That when, in Salamanca's cave,
Him listed his magic wand to wave,
The bells would ring in Notre Dame.

From "The Ride to Melrose" by Sir Walter Scott

 





10 comentarios:

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

como me gustan estos sitios llenos de encanto y magia...el misterio lo envuelve todo...gracias, no conocía ni el lugar ni la leyenda

Asun dijo...

Muchas gracias por descubrirnos estos sitios tan curiosos. Habrá que tenerlo en cuenta cuando visite Salamanca.

Besos

Myriam dijo...

Yo voy apuntando.... ya sabes que te debo el viaje hehehehe

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Estimado Pancho.

Privatizado mi blog, solo es visible por invitación.No tengo tu correo electronico para enviarte la invitación.

si lo deseas, enviame un email a mi correo (corneliusscipio.publius@gmail.com) y te la envio.

Me gustaria que me acompañaras en esta nueva etapa.

un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Cuánto misterio ha tenido siempre el mundo subterráneo. Ahora ya casi cualquier cosa puede hacerse a la luz del día y nos parecería hasta ingenuo lo que hacían en las cuevas. Excelente complemento a la anterior entrada.

Merche Pallarés dijo...

Cómo dice PEDRO, excelente complemento a tu post anterior. Qué interesante esa cueva con tanto misterio... ¡Ay, si las piedras hablaran! Besotes, M.

Ele Bergón dijo...

¡Que interesantisima esta entrada! ¡Cuantos misterios sin resolver! Me gusta lo oculto, lo que esta por descubrir, aunque despues en realidad no era lo que imaginabamos.

Un gran abrazo, querido amigo.

Luz

pancho dijo...

A todos: Como dicen en Alquimia: "Lo que es arriba es abajo". Se trata de la atracción de lo escondido y oculto. Este lugar tiene algo especial, lindero con el Huerto de Calixto y Melibea. A mí lo más misterioso me parece el hombre que no hace sombra, de día.

En todos los sitios leía que Walter Scott tenía un poema en el que hacía mención a Salamanca's cave, me costó encontrarlo, pero al fin lo encontré. Además el poema es precioso.

Un abrazo a todos y gracias por vuestras amables, inmerecidas, palabras

Anónimo dijo...

Buenos días, pancho:

Poéticas “entradas”, la de las fotografías y la tuya.
Habrá que estudiar “lo misterioso”. En cuanto al hombre que no hace sombra de día, será que él no la ve, porque se coloca siempre de cara al sol; pero hacerla la hará, “obligado”.

Saludos. Gelu

P.D.: Cogeré la dirección de Cornelivs y le mandaré mi dirección de correo, pues no tengo blog propio, y quiero seguir entrando al suyo, si me lo permite.

pancho dijo...

Gelu: Tienes razón para ver la sombra hay que volverle la espalda al sol. Vamos tan deprisa que nos falta el sosiego para mirarnos en la proyección y consecuencia de nuestros actos.
Saludos