domingo, 30 de agosto de 2009

Sobre la muerte, la amistad y otro Caballero Andante

Grabado de Gustavo Doré

CAPÍTULO 2.12

Una vez concluido el suceso de la Carreta de la Muerte, nuestros protagonistas prosiguen su camino. DQ ve a "esta tierra de talle", apropiada para aventuras de verdad, sin tener que arriesgarse a un enfrentamiento con figuras de corte fantasmal que reportan nulo beneficio, de lo que se congratula S, que ya se ve en posesión de los tres potrillos que su amo le prometiera a las puertas del Toboso.


El acierto en la elección de S, que sabe de la falsedad del vestuario de los comediantes, da pie a DQ para hablarnos del poder igualador de la muerte en semejanza con el final de una obra de teatro, que nivela a todos los actores en su apariencia al despojarles de sus ropajes. Esto no le es novedoso a S. Él remata la comparación asemejando los cementerios, al final de la vida, con la bolsa que recoge las figuras mezcladas después de una partida de ajedrez, inertes y desprovistas de su poder en el juego. Comparación que celebra DQ por la solidez de la argumentación, ajustándose al lenguaje llano y sencillo. El amo ha visto demasiadas veces que cuando S intenta expresarse de una forma no natural "acababa su razón con despeñarse del monte de su simplicidad al profundo de su ignorancia."


Poco durmieron aquella noche, pues nada más "dejar caer las compuertas de los ojos", el ruido de dos hombres a caballo los despierta, no sin antes que C nos advierta que "digo que dicen que dejó el escritor escrito" una divertida observación sobre la amistad de los dos animales que intervienen en la historia "para confusión de los hombres que tan mal saben guardarse amistad los unos a los otros."


Parecida imagen, pero no igual, en un plato de latón como souvenir. (Visto en Internet)

El autor nos presenta a otro Caballero Andante, que se nos antoja con la entidad suficiente para ocupar un sitio relevante y de importancia en el futuro de la historia. Nos lo presenta de una forma que ya nos resulta conocida: dolido, entonando una canción, le pide una señal a su amada que le dé alguna esperanza al amor que por ella siente. Pronto hace buenas migas con DQ al comprobar que comparten las mismas desdichas.


Capítulo de transición donde vemos cómo se concluye el suceso de la Carreta de la Muerte con la conversación entre amo y escudero, amistad de Rocinante y burro de S que, junto a los primeros apuntes, a modo de presentación, de El Caballero del Bosque, nos van a llevar a una historia que se supone acaparadora de páginas, dados los preámbulos tan bien trazados. No sin antes dar cuenta de la desafortunada intervención de S en asuntos de Caballero Andante que incomodan al recién llegado, no entiende la familiaridad y grado de complicidad de S con su amo.


Este comentario pertenece al grupo de lectura del Quijote que coordina y dirige desde La Acequia el profesor D Pedro Ojeda Escudero y ya ha sido publicado en la misma.

8 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

¡Qué bueno el grabado de Doré! Además que bien logró los arrumacos de Roci y el ruci...
Ya leí tu resumen donde nuestro profe (muy desaparecido últimamente...) que, no quiero repetirme pero ya sabes me ¡encantan! Referente a que el Caballero del Bosque se sorprendiera de la familiaridad de Sancho hacia su amo, prueba que Cervan tenía una idea muy clara, visionaria y avanzada (una vez mas) de la democracia. Besotes, M.

pancho dijo...

He leído que ya te has recuperado e una gripe veraniega de lo cual me alegro.

Seguro que Pedro no ha estado de más en este mes de cierto relajamiento bloguero (para su nivel), ya nos contará qué ha estado rumiando en este periodo que hoy termina.

Interesante que dibuje en primer plano a un Rocinante famélico. El burro parece caballo o yegua.

Un abrazo, gracias por tu comentario y a ver si me paso por tu portalillo, que ando con mucho retraso.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Sancho al no ser consciente de la responsabilidades y deberes de un escudero... no respeta las normas de caballería (más bien compadrea). Aunque a mi me parece que las razones del Caballero del bosque van por otro lado...de nunca le cayó bien Sancho a Sansón...un abrazo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Magníficamente analizado este capítulo de transición, sobre todo la parte más filosófica. Y veo cómo lo has trabajado, encontrando el latón similar al grabado, que, seguro, sirvió de inspiración.

pancho dijo...

Tucci: S sabe que ya maneja a su amo a su antojo. De lo de Sansón nada sabemos de momento, aunque ya se van intuyendo cosas.

Pedro: buscando algo para la parte gráfica del próximo capítulo lo encontré por casualidad. también alguna que otra sorpresa que subiré el próximo jueves.

Myriam dijo...

Hola Pancho:

Primero agradecerte tu comentario en mi blog, que me puso muy contenta y darte la bienvenida!

Y segundo decirte que me gustó mucho tu análisis. Estoy segura de que Cervantes era muy consciente de que el afecto y lealtad entre animales, no falla.

Un abrazo

pancho dijo...

Myr: Aunque creo que es la primera vez que escribía algo en tu blog, ya había leído tus entradas desde hace tiempo, sobre todo las referidas al Quijote, muy interesantes. Gracias por tu visita y comentario

Abejita de la Vega dijo...

¡Hay que ver cómo se le caen las compuertas a Sancho!El plato pilla ese momento. Mientras tanto don Quijote lo suyo.
El saco de las piezas, el cementerio.Terrible pero real.
Un abrazo