Capítulo XLVIII
Acabo de leer la entrada, también los comentarios de La Acequia, sobre el capítulo 48 y poco puedo yo añadir a tan exhaustivos, espléndidos análisis y visiones. Aunque todo ya esté dicho, aquí va mi visión de un capítulo leído en aeropuertos, aviones y escrito a salto de mata.
Sigue poniendo C en boca de los prelados sus pensamientos sobre teoría literaria, fiel a su convicción de que las novelas deben enseñar y entretener. Adivinando el receptor de su novela, mezcla temáticas, pasando de una culta a otra popular en menos tiempo de lo que se presina un cura loco. Interesante resulta observar cómo no rebaja el nivel de lengua en ningún momento al asunto escatológico tratado.
El cura reprende a los que han usado la prosa sin atender al arte ni a las normas. De esta forma no alcanzan la altura de los grandes escritores clásicos Homero y Virgilio. El canónigo informa de que está escribiendo un Libro de Caballería en prosa: lleva escritas más de cien hojas. A pesar de haberlas testado y de haber recibido buenas críticas tanto de los sabios como del vulgo, no ha seguido escribiendo por no parecerle digno a su profesión: dirigido a la plebe; no quiere sujetarse al confuso juicio del vulgo; y lo más importante: sacado del sinsentido de las comedias del momento: las que siguen la normativa "no sirven sino para cuatro discretos que las entienden, y todos los demás se quedan ayunos de entender su artificio, y que a ellos les está mejor ganar de comer con los muchos, que no opinión con los pocos".
Argumenta el canónigo que en más de una ocasión ha intentado persuadir a los actores de que representen obras que se atengan al arte, pero están tan pertinazmente convencidos de su parecer que no hay manera de apearlos de su pensamiento. Le da ejemplos de éxitos de obras de calidad; pero nada consiguió.
El cura aprovecha la oportunidad para exponer su manera de pensar con relación a las modernas comedias que deberían seguir las teorías de Cicerón: "espejo de la vida humana, ejemplo de las costumbres y imagen de la verdad, las que ahora se representan son espejos de disparates, ejemplos de necedades e imágenes de lascivia." Las comedias actuales ni respetan las rígidas convenciones, ni guardan las reglas de los espacios ni de los tiempos. Añade que si una comedia ha de basarse en la imitación como elemento más importante, no entiende que se le puedan atribuir hechos históricos mezclados, tanto en los personajes como en los tiempos. Tampoco se libran de su crítica las comedias de santos, todo lo cual redunda en la mala reputación que están cogiendo los autores españoles entre los extranjeros, que cumplen de manera rigurosa las leyes de la comedia. Continúa el cura con su teoría diciendo que como el mismo objetivo de entretener se consigue con las comedias buenas que con las malas, no tiene sentido la representación de las malas en detrimento de las buenas. Los autores no tienen la culpa sino los representantes; sólo compran las que les interesan. De esta forma al autor no le queda otra salida que no sea acomodarse al comprador. Como ejemplo de lo anterior pone a Lope; no ha tenido más remedio que rebajar la calidad de su producción para adaptarse a la demanda de los representantes.
Todo se arreglaría, propone el cura, ( qué creíble se hace aquí C al proponer una solución) con la intervención de una persona inteligente y discreta que actuase de filtro. Consiguiendo: entretenimiento, buena opinión de los sabios, interés y seguridad de los actores y el consiguiente ahorro en el castigo. Así, incluso los Libros de Caballería, podrían interesar no sólo al "desocupado lector"; también los más ocupados se sentirían atraídos por ellas. La luz de los nuevos, de esta forma tratados, oscurecería a los viejos - no se puede tener siempre el arco cargado.
Como de todo hay en el Q, encontramos un párrafo donde se nos habla de la intendencia de los viajeros en el SXVII - había que dar de comer a viajeros y animales -. Deducimos la alta capacidad adquisitiva de un canónigo de la época. Podía permitirse el lujo de tener varios criados, acémilas de montura y de carga con comida, en sus viajes.
S no se resigna a volver al pueblo derrotado y con DQ enjaulado. Trata de abrir los ojos a su amo sobre el encantamiento, desenmascarando al barbero y al cura. DQ achaca al encantamiento que S vea lo que otros quieren que vea. Él ha oído que los Caballeros Andantes son espíritus puros y como tales no hacen sus necesidades, así que con bastantes rodeos le pregunta a su amo si tiene ganas. El autor nos deja con las urgencias inexcusables de DQ, aún enjaulado.
El presente comentario al capítulo 48 del Quijote pertenece al grupo de lectura de D Quijote de la Mancha que desde La Acequia dirige y coordina el Licenciado D. Pedro Ojeda Escudero. El presente ha sido ya previamente publicado en los comentarios de dicho blog; no es más que una pequeña contribución al conjunto de comentarios dispersos por los diferentes blogs y en los mismos comentarios.
5 comentarios:
¿Tu crees que Cervantes está por la censura? Yo creo más bien que está criticando al clero porque ellos sí que les gustaría que la hubiera. Muy bueno tu análisis como siempre. Muchos besotes, M.
Me gusta tu comentario. Y sí (aprovecho para responder a Merche): Cervantes está por la censura, pero no por la eclesiástica o política, sino por una literaria. Aunque hoy parezca incongruente, desde el XVI hasta el XVIII, hubo un sector del pensamiento que hoy llamaríamos progresista que la buscaba, sobre todo porque veían en ella la solución a lo que consideraban aberraciones artísticas, cuestiones conservadoras de la religiosidad popular, etc... No fue hasta el XIX, con la elaboración (en España) del principio de libertad de imprenta, cuando se descartó.
Me gusta también tu penúltimo párrafo: es parte de la grandeza de esta novela, en la que se resalta el cosubrismo, el realismo y la verosimilitud con detalles como éste en el que te has fijado.
Saludos.
Pienso que Cervantes lo que hace es atacar a los pujantes movimientos literarios y sobre todo a Lope de Vega, que de buen amigo pasa a fatal enemigo... a mi me parece que son envidias infundadas... lo de usar al clero me imagino que es más recurso que idea de crítica. Saludos amigo
Muy interesante... Gracias Pedro por tu explicación, la verdad es que no lo había captado así pero veo que tiene su lógica... Besotes, M.
Gracias por vuestra visión enriquecedora del capítulo y visita. Nadie mejor que el mentor e inventor de esta historia quijotesca para poner luz en los puntos oscuros del relato.
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