jueves, 9 de julio de 2009

Sancho se nos pone estupendo*

Ex libris del Quijote de la colección de Antonio Gómez

CAPÍTULO 2.5

Capítulo enmarcado por la llegada de un escudero a su casa, radiante de felicidad y alegría. La rúbrica la pone el llanto de Teresa que cede a las pretensiones de S de intentar casar a Sanchica con un noble, la promesa de alargar su investidura como Condesa y la marcha de S a ver a DQ.

Sorpresa es lo que nos causa a los lectores un comienzo en el cual el autor se hace eco de una nota a pie de página del traductor, que vierte la obra de Cide Hamete Benengeli del árabe original al castellano. Esta impredecibilidad es otra de las características que abundan en la grandeza del Quijote. Tenemos otra muestra de lo mismo, en la capacidad de C de hacer novela dicha nota, en un paréntesis al principio y dos veces más en el sitio exacto de la referencia.

*Tan estupendo se nos pone S en su expresión oral que su mujer, Teresa, no le entiende. S llega a casa embargado por la alegría que le provoca la posibilidad cierta de volver a salir a la aventura con su amo; por necesidad y con la esperanza de encontrar de nuevo otra maleta con 100 escudos.

Le encarece a su mujer que le cuide bien el burro “porque no vamos a bodas, sino a rodear el mundo, y a tener dares y tomares con gigantes, con endriagos y con vestiglos, y a oír silbos, rugidos, bramidos y baladros”. No me voy a detener en esta joya del castellano, que habla por sí sola, sino en el homenaje que C le hace a la mujer rural. En los pueblos todas las manos son pocas para cumplir con las obligaciones de la casa, sobre todo en época de recolección. Además de mantener la casa con los hijos dentro, tenía que ayudar en las faenas del campo. Aquí es Teresa la encargada de mantener lustroso al burro, mientras S va a su hobby quijotesco, cada vez más quijotizado en su empeño.

De la Exposición de ex libris de Voces del Extremo (Antonio Gómez)

Hasta Teresa, que aparentaba incredulidad, cree que quedan ínsulas por gobernar. Vemos cómo el autor parece repetir el mismo esquema DQ-S. Ahora Sancho-Teresa. Llega incluso a encomendar a S que no se olvide de que Sanchico (Qué contento estará de su protagonismo) tiene quince y está virgen de conocimientos reglados. No es necesario que se preocupe de Mari Sancha, ella no necesita más saberes, ya está la madre para guiarla. Que parece muy lanzada con un paisano de similar condición: “mejor mal casada que bien abarraganada; sin embargo, recomienda a S que procure casarla con un igual, en caso de un desnivel social, se le verían las faltas a cada paso que diere “descubriendo la hilaza de su tela basta y grosera.”

Esta Teresa tendría hoy un problema de género. Aunque de forma residual, aún persiste en determinados estamentos esta mentalidad: procurar formación a los varones para que medren, al mismo tiempo, negárselo a las mujeres con el fin de que su falta de formación las mantenga fieles al marido, sin ni siquiera concederles la posibilidad de ascenso en la jerarquía social por matrimonio.


* (Nota de pancho) Ponerse estupendo: expresión comodín que triunfa actualmente, pero que decaerá en su uso como decayeron: De alguna manera, Como no podía ser de otra forma, un poco… y otras.


Este comentario pertenece al grupo de lectura del Quijote que coordina y dirige desde La Acequia el profesor D Pedro Ojeda Escudero y ya ha sido publicado en la misma.


9 comentarios:

Unknown dijo...

Importancia y elocuencia se manejan en este capitulo. Sancho ya ve en las insulas su futuro resuelto al igual que el de Teresa y sus hijos, y la esposa, sigue manteniendo la humildad de quien no esta hecho para tales fines.
Un abrazo amigo.

Merche Pallarés dijo...

Pancho cada vez tus comentarios son más cortos y los mios más largos... ¡El mundo al revés! Excelente tu resumen de este capítulo tan entretenido. Besotes, M.

pancho dijo...

La sumisión y humildad de Teresa con su marido es de otra época, ya no hay mujeres de esas. Ahora te dirían que le echaras tú de comer al burro si quieres que yo me voy a la peluquería...
Merche: No soy yo el breve, es Cervantes que resume más sus capítulos para hacerlos más dinámicos. Te pasa lo que a Sancho: te vas quijotizando a medida que pasan los capítulos. No puedes dejar nada sin comentar porque a medida que avanzamos se va ampliando la mirada y ves más cosas.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Cada época tiene sus roles, como bien has visto en la entrada. A la pobre Teresa hoy le afearían su comportamiento, seguro.
Veo que has documentado la exposición.
Saludos.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Como dice Pedro, cada cual ocupa su rol dependiendo la época que le toca vivir. Y como bien dices tanto la importancia como la elocuencia tiene buna relevancia en el capítulo... me gustaron los ex-libris...sobre todo el primero. un abrazo

Anónimo dijo...

Buenas tardes, pancho:

- Muy bonitos los Ex libris. Me gustan mucho el que has escogido y el del lector de El Quijote que pone Arlette Lavallée.
- Admiro tu capacidad para bien resumir. A mí me parece todo tan importante que no sé prescindir de nada.

Saludos. Gelu

Merche Pallarés dijo...

Pues sí, se ve que me voy Sanchotizando... Es que, es verdad, El Quijote, te engancha, te subyuga, te envuelve. ¡Qué genio este Cervan nuestro!
Hoy en dia no sé si una mujer de pueblo diría eso de "dale de comer tu al burro que yo me voy a la pelu" Creo que en los pueblos, los roles, deben de estar aún muy definidos (entre los mayores, claro está porque las jóvenes seguro que con sus "piercings" pasan de todo... Tienes razón). Besotes, M.

Antonio Aguilera dijo...

El título que das a tu comentario de hoy es acertadísimo: Sancho se pone estupendo, va levantando los pies del suelo, de la razón, y se idealiza y refina un tanto.

Buenísima la interpretación que da Cervantes a Teresa Panza, quizás un poco culta para su condición de labriega.

Ahora recuerdo, después de darle algunas vueltas al coco, que lo de ponerse estupendo lo encontramos un par de veces en Luces de Bohemia. Recuerdo claramente, que estando en el bar con Rubén Darío, se dispone Max Estrella, que va acompañado del pícaro don Latino, a invitarlos a comer.
Don Latino le dice: "Max, no te pongas estupendo".

Y es cierto que lo he escuchado ya alguna vez en la calle, sin darme cuenta del detalle de su posible origen.

Que la locura quijotesca nos una durante mucho tiempo.

Abejita de la Vega dijo...

Los de Pancho ahora son más cortos, los de Merche largos y los míos larguísimos.Y eso que me propongo acortar...
Sancho se nos pone estupendo, esta segunda parte se nos pone estupenda.
A las mujeres no se les concedía nada...este capítulo es un buen ejemplo.
Un abrazo, no te pierdas lo que Pedro dedica hoy al Sanchico.