miércoles, 2 de abril de 2014

La saga/fuga de JB (5) Gonzalo Torrente Ballester. Imaginar es libertad





"Mujeres enlutadas lo proclaman a gritos en los apretujones de las apoteosis"

La saga/fuga de JB (5) 
Gonzalo Torrente Ballester 

"¡Cuídate de los Idus de marzo!" Cuando estos renglones torcidos vean la luz se nos habrá ido otro marzo con prisa. Nada hay más inútil que esa intersección de calle y de tiempo que nos ata de pies y manos, apretujados al subsuelo que nos asfixia, temario urgente de instantes, calendario de días consumidos. Los derechos no se regalan, se luchan. Quien resiste, al final gana. No cuentan ni el que se rinde antes de tiempo, ni el que se echa al surco de la dejadez o la indolencia. El cuchillo entre los dientes, siempre pendiente como el centinela que espera la aurora. “La vida es un recodo del espacio y del tiempo”, un accidente, un error de la línea recta, de la geometría aplicada a mano alzada. Una excepción, una rareza, el milagro de los panes y los peces. 

 Don Benito Valenzuela es la excepción que confirma la regla, paciente por naturaleza, godo de tres estallos, utrero de cuatro yerbas. Cuando el silencio te habite con su sombra, las mujeres llevarán luto por ti. Y yo que soy aprendiz de pintor de palabras, aficionado a la rústica prosa campestre te regalo mi sombrero de paja, para que te alumbre en la niebla de sol cuando hay luz sola. Va por usted don Benito Valenzuela. 



"Un sombrero cansado mi corazón te entrega con voluntad de flores. Un sombrero de niebla"

 Los miembros de la Tabla Redonda, reunidos en sesión ordinaria con don JB de añadidura, con voz pero sin voto, deciden propinar una paliza a don Acisclo Azpilcueta por mezucón. De los presentes, solo don Gowen propone sustituir el apaleamiento por ejecución nocturna en el mismo lugar y a la misma hora. De entrada JB sugiere  levantarlo con lagañas y todo y llevarlo en volandas al Mendo a cencerros tapados. Que se sepa, las lampreas del Mendo se alimentan de cadáveres de humanos, aunque también se sabe a ciencia cierta que no le hacen ascos a la carne fresca, dejando la pocha para luego, pero no se tienen noticias de que los instrumentos musicales de cuerda estén entre los ingredientes de su dieta, con lo cual, el violín que don Acisclo siempre lleva de la mano quedaría balizando el atracón de carne reciente de las lampreas, como una boya en las aguas quietas del río Mendo. 



"Así podrás Benito, capataz del silencio,/morir tranquilamente dando un corte de mangas/ al Este y al Oeste, como mueren los godos. 

 La cosa se había planteado porque el rey Artús tenía apalabrado el disfrute de visu de Minucha la del Globo, mujer de bandera que levantaba polvaredas de admiración, hasta los árboles de las cunetas le rendían homenaje al pasar, siempre previo pago de aranceles a la Zapatera,  domiciliada en la calle Sal-si-puedes. La Zapatera permitía la perforación de la pared que daba al cuarto de baño de Minucha. La actividad contemplativa dejaba para el arrastre a don Aníbal Mario MacDonald de Torres Gago Coutinho Pinto da Cámara da Rainha, lo cual causaba demora en el cumplimiento conyugal habitual. Ello levanta sospechas en La Chosca, también llamada Chocholoco, regular como un reloj en sus exigencias conyugales. En realidad el rey Artús era un monárquico portugués, con tamaño nombre no podía ser más que un linajudo de recia estirpe, huido de la guillotina republicana. Atravesó el Miño a nado por Salvatierra (qué mejor sitio para poner tierra de por medio) con los atributos al aire, pero -eso sí- con monóculo,  en una gélida noche de enero. La indigencia del inmigrante tan dotado de atributos le parece dote suficiente a Chocholoco para ofrecerle lecho legítimo y “medios para seguir viviendo al margen de la posible o imposible restauración de la monarquía, sin otra condición de seguir siendo guapo, vestir a la inglesa y de no prescindir del monóculo que tanta distinción confería a su persona.” 

La mezcla de saudade portuguesa y morriña gallega  se cura en brazos de una mujer bonita con guitarra y pañolón. La elección para ocupar el puesto vacante de rey Artús en la exclusiva Tabla Redonda le quita veinte años de encima. Vestido con una vieja capa negra al estilo y moda de Coimbra, sacada del fondo del armario, la mítica corona regia del rey Artús le viene al pelo argentado sobre las sienes. La pinta de Lord inglés provoca la siempre penosa envidia de los godos que se ríen de el. Su cuñado, hermano mayor de los Choscos, sale en su defensa y a pesar del coste que supone la educación y mantenencia del arcaísmo anacrónico de estos restos de la monarquía portuguesa, le dona, siempre a espaldas de la Chosca, una subvención de cuantía regular que le permite al portugués “pagar a la Zapatera el anticipo por el uso del agujero en la pared” además de “la cantidad apalabrada para satisfacer a Minucha por sus servicios y a la Zapatera por el alcahueteo.” 

 El Zapatero, que había accedido a la adopción de Minucha por lástima debido al desamparo y orfandad de la pequeña y a condición de ser el primero en pasarla por la piedra en el momento apropiado, quiso un día cobrarse los gastos de la educación, alojamiento y  manutención en vista de su elocuente procacidad. Minucha le dijo que verdes las han segado. El Zapatero monta en cólera y prepara la tremolina con todas las comadres a las ventanas de la calle Sal-si-puedes “a aquellas horas llenas de cabezas de obispo y tiestos de albahaca.” 

 Don Acisclo acude raudo al rescate de la moza. Un aleteo siniestro invade la calle cuando el Zapatero, cuchilla en mano, vocifera contra el clero por la pérdida de la voz de la calandria y esperanza de Castroforte de derrotar a la goda que canta flamenco en el festival anual de la canción. 




"Una mano como una garra [...] aparecía en el quicio de la puerta y se apoderaba de la mano izquierda de Minucha"

 El rapto de la Minucha a manos de don Acisclo, vestido de vampiro con el manto de clérigo atrancando calles, sume al vecindario en “el Bosque de la Tristeza, lleno de alegorías mudas que representaban La Pena, La Desolación, El llanto y varias clases de Patatuses.” 

 Es entonces cuando don JB expone oralmente su teoría sobre la inutilidad de arrojar al canónigo don Acisclo al Mendo, “un modo peligroso de perder el tiempo.”


Y a volar que el amor no es nada más 
 Y a jugar que si lo aburres marchará
 Que el vivir amando es vivir siempre imaginando 
 E imaginar es libertad. 
Victor y Diego





Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.


6 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

¿Y no es cierto que es inútil arrojar así a un canónigo? Es díficil emprenderla con ellos. Me ha gustado mucho cómo le sigues la ironía a Torrente... en tu comentario y en las fotos (¡qué buen sombrero te gastas!)

Ele Bergón dijo...

Qué hacemos con JB que nos trae turulatos a todos y que en la niebla de su existencia, nos va descubriendo muchas verdades mientras nos hace sonreír y también reír.

Ahí voy . Poquito a poco porque la cosa tiene su guasa y su miga.

Un abrazo

Gelu dijo...

Buenas noches, pancho:

¡Cuánto humor y qué estupendo el relato de Minucha, el Zapatero, la Zapatera, don Acisclo...
En nuestras entradas solamente podemos anotar –como mucho-. lo que contiene una página de la novela de Don Gonzalo.
Me gustan mucho las obras de Jaume Plensa. Enlazo el programa que le dedicó TVE. ‘Imprescindibles’
Bueno, y tú estás muy guapo con el sombrero, pero la foto de la Expo es de ...¡hace ya seis años!

Un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...

A ese don Annibal ya le tenía echado el ojo, monárquico portugués con vocación de rey Artús.

Ahora avanzo en pequeñas entradas, es más fácil y me permitirá patinar en la luna entre sorbetes de limón, con todas las constelacione scomo espectadoras. Y una vaca que hace miuuuu en vez de muuuu.

Lo de tirar al Mendo, qué brutos. Y las lampreas me han dicho que si hay que comer caliente , por ellas, encantadas.

¿Estás seguro de no haber contactado con el espíritu de don Gonzaliño en el Novelty? Como te pilla a mano, he pensado que tal vez te haya abducido.

Besos, Pancho.

Myriam dijo...

La Chosca es todo un personaje y Dn Anibal/R Artús, otro. Muy divertidos tus renglones torcidos que leo pasados los Idus de Marzo...

Besos y gracias

Paco Cuesta dijo...

Pese a la densidad de La saga lo cierto es que contagia
Un abrazo