jueves, 18 de marzo de 2010

Clavileño





"...no me aprietes tanto, que me derribas..."

Eutimio Sánchez

DON QUIJOTE DE LA MANCHA. CAPÍTULO 2.41


El término de la historia del viaje de DQ y S a lomos de Clavileño por las regiones del aire que lindan con el fuego, provoca una sonrisa de oreja a oreja a los lectores, ocupados y desocupados. Y nos sonreímos por la actuación de S como un vengador que se recrea en la burla de los duques y la observación final de su amo sobre los sucesos de la Cueva de Montesinos, que hace bueno el dicho de alquimia de que todo lo que es arriba es abajo. A partir de aquí la novela debería pegar un giro, ya sabemos que S conoce la farsa, pero mucho nos tememos que su ambición sea mayor que su impulso de abandonar estas historias de engaños mutuos.




"a deshora entraron por el jardín cuatro salvajes, vestidos todos de verde yedra" 

1883 - Roma - Gentilucci


S se nos presenta lloroso y convencido de la conveniencia de acompañar a su amo donde sea menester, si con ello puede evitar que el verano se les eche encima con las dueñas aún barbadas. Media hora después de que las sombras abandonen los cuerpos que las sustentan, entre cuatro salvajes meten en el jardín el caballo de madera, inmediatamente después vuelven sobre sus pasos los portadores, no sin antes hacer firmar la hoja de entrega y dejar el manual de instrucciones del artilugio: dos, y vendados, deben ser los jinetes hasta que relinche Clavileño o se presente Malambruno que será la señal de fin de trayecto .
La Trifaldi interviene ante DQ que se apresta a subir al caballo sin perder tiempo en ponerse las espuelas ni en aparejarle. S objeta a las pretensiones de ambos; le preocupa la mala imagen que dará a sus insulanos un gobernador flameado por los vientos cual pendón henchido. Qué vuelen las brujas en su escoba que tienen más práctica. El duque tercia en la disputa insinuándole al escudero que todo cargo acarrea su servidumbre. Con tanto protagonismo, atención y cortesía que se le dispensa no puede negarse. El duque que conoce su ambición, no tiene más que recordarle la ligazón insula – viaje para que se encomiende a todos los santos y acceda.

Viendo cómo S flojea, en un aparte, DQ le sugiere que puede irse dando una tanda de azotes antes del viaje. S no quiere lastimarse las posas ahora que le espera el duro banco de los lomos de Clavileño; a la vuelta se dará prisa. “Aunque tonto, eres hombre verídico” es la contestación de DQ a un “debe ser menguado” que le propina S a su amo dolido por la propuesta del vápulo.




"...parece que con mil fuelles me están soplando."


1780 - Madrid - Ibarra


El asunto de taparse los ojos primero es el siguiente motivo de retraso. DQ propone que sea el escudero: “que quien de tan lueñes tierras envía por nosotros no será para engañarnos, por la poca gloria que le puede redundar de engañar a quien dél se fía” S le repone que primero ha de vendarse quien monte adelante. Accede DQ a que la dueña Dolorida le tape no sin antes alegar la conveniencia de echar una ojeada al vientre del caballo, por si hay alguien en su interior como en el Caballo de Troya. Dolorida da fe de la buena fe de Malambruno. Agotadas todas las excusas a DQ ya no le queda más que subirse primero, no fueran a dudar de su valentía. S, de mal talante, atrás a mujeriegas por no sentir tanto la dureza. Se dejó vendar no sin antes volverse a descubrir para rogar que rezaran por él. DQ le reprende y le recuerda que no está en las últimas: la linda Magalona ya ocupó su lugar para ser luego reina de Francia. 


A la fuerza ahorcan, convencido S, se cubre los ojos. A la par que DQ gira la clavija, todos los presentes, agrupamiento de dueñas incluido, gritan cómo que vuelan, S se aprieta contra su amo. Con el viento de popa que proviene de unos fuelles levantan el vuelo, a pesar del descreimiento de S que oye gritos cerca. DQ se entretiene en demostrarnos sus conocimientos de astronomía: “debemos de llegar a la segunda región del aire, adonde se engendra el granizo, las nieves; los truenos, los relámpagos y los rayos se engendran en la tercera región, y si es que desta manera vamos subiendo, presto daremos en la región del fuego, y no sé yo cómo templar esta clavija para que no subamos donde nos abrasemos” S cree que ya han llegado a lo caliente ya que sus barbas le huelen a chamusco. Los de fuera prenden la cola de Clavileño que explota al estar relleno de cohetes junto a los dos jinetes que vuelan, ahora sí de verdad, desplomándose sobre el suelo chamuscados y maltrechos. Un pergamino les indica que han cumplido la misión, por lo tanto, las dueñas vueltas a su estado natural desaparecen para disgusto de S que le habría gustado ajustar algunas cuentas. Dulcinea, encantada, pendiente de los azotes por dar de S.




"vieron hincada una gran lanza en el suelo y pendiente della [...] un pergamino liso y blanco"

1833 - Roma - Gentilucci

El informe del viaje de S se basa en la trampa que hizo al bajarse la venda y dice que vio la tierra como un grano de mostaza y a los hombres como una avellana. Imposible que se hace posible por efecto del encantamiento. Cuenta que vio las siete cabrillas, que se apeó de Clavileño y se entretuvo tres cuartos de hora con ellas, un cuarto más que su amo en la Cueva de Montesinos. Mientras tanto el caballo de madera, quieto, demostrando buena doma.

DQ, bien tapado, no vio nada. Duda de que S viera las cabras porque no pasaron por la región del fuego; al menos, no se abrasaron como correspondería. S da pelos, señales y colores de las cabras celestes, pero que no vio macho cabrío de cuernos mayores que los cuernos de la luna.

Los duques se dan cuenta de que S hila fino sin haberse movido del jardín y cambian de tema. DQ ve la ocasión propicia para pasarle factura a su escudero por su incredulidad de los sucesos de la Cueva de Montesinos.





Este comentario pertenece al grupo de lectura del Quijote que coordina y dirige desde La Acequia el profesor D Pedro Ojeda Escudero y ya ha sido publicado en la misma



12 comentarios:

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Eso es lo que menos me gustó que Sancho le siga el juego a los duques...desde luego en este capítulo miente hasta el "apuntaor".. me gustó la primera imagen...saludos

Merche Pallarés dijo...

Las imagenes fantásticas y nuestros héroes jugando a que se lo creen todo... Risible capítulo. Besotes, M.

Asun dijo...

El capítulo es bien divertido, con todos los tiras y aflojas: que me subo, que no me subo; que miro dentro, que no miro; que me vendo los ojos, que no me los vendo... que vosotros os queréis reír de mi, pues yo me río de vosotros... No deja de sorprendernos este Sancho.
Buen resumen el que has hecho.

Besos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Bien visto. Sancho no puede dejar de seguir el juego por convención social: pero a través del lenguaje sabe dar el giro a todo. Consuelo de quien no puede rebelarse...

Unknown dijo...

Por fin veo a los salvajes en esta estupenda estampa,son maravillosas estas ilustraciones y hasta en inglés,también me gusta mucho tu comentario,hoy estoy disfrutando al recrear una y otra vez por los blogs esta aventura tan graciosa.
He puesto en un blog que tengo por ahí medio escondido unas fotos de mi hermana con un burrito y en uno de esos lugares que han eliminado totalmente cuando pusieron el agua corriente en las casas,allí íbamos con los cántaros a buscar agua y la que seguía cayendo del caño quedaba para que bebieran los animales,nos gustaba mucho caminar por los bordes y cuando se congelaba el agua en invierno rompíamos la capa de hielo,carámbanos creo que le llamábamos,miedo me da entrar en tu blog porque lo he visto en uno de mi pueblo,no quiero ser localizada por ciertas personas.
Abrazos ,te dejo el enlace para que veas esas fotos antiquísimas

http://cosmobloguiafotos.blogspot.com/

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Querido Pancho. Leido tu comentario en La acequia. Te he echado de menos por mi blog.

Ya le dije a Pedro Ojeda que no tenia tu correo, por ello no te he podido enviar la invitación,amigo.

Yo tampoco he recibido ningun correo tuyo solicitando la clave: si lo hubiera recibido te la habria enviado.

Hazme llegar cual es tu cuenta de correo: dejame un comentario aquí mismo, o en el blog de Pedro Ojeda o donde tu desees, y me dices cual es y te la envio inmediatamente,

Un abrazo.

pancho dijo...

Tucci: S les sigue el juego desde la ironía. Cuando el duque se percata de que S lo está vacilando cambia de tema.

Merche: Deben pensar que se está mejor en el castillo a gastos pagos que pasando calamidades por los caminos.

Asun: El diálogo es un modelo para quien quiera aprender.

Pedro: Aquí echa mano de la retranca que usan los rústicos inteligentes, pero tiene poca escapatoria. Confía en que la ínsula le dé beneficio.

Cosmo: Iré a ver la fuente. Hielo de cuando helaba de verdad. Por ahí quiebra el frío, no hiela tanto en el invierno como en otros sitios mesetarios. También me gustan tus comentarios.

Cornelius: Hace un rato te he mandado un mail. Cuando tenga la clave, ya podremos entrar en el misterio. Gracias.

Muchas gracias por la deferencia que habéis tenido al gastar vuestro tiempo( esperemos que no malgastar)en visitar el portalillo. Un abrazo a todos.

Antonio Aguilera dijo...

Pancho, ya sabes que soy el ultimo, y no quiero quejarme de lo pringao que es un autonomo casao con chiquillos jajaja.

Al principio encontramos a un Sancho lloroso, tal como lo recoges, y es que al pobre no lo dejan tranquilo entre su amo y el duque. Don Quijote quiere que se de una tanda de 500 azotes antes de partir, casi na, argumentando que las labores iniciadas estan cerca de faena acabada. Lo que decimos nosotros "que las cosas es ponerse".
El recordatorio insula-viaje aleja todas las reticencias de Sancho. Se sube en Clavileño de cabeza, ¡ ya digo!.

Me ha gustado como se llaman mutuamente tontos. Quijote diciendole que aunque tonto es veridico. Y Sancho le dice a su amo, cuando le solicita los 500 azotes, que debe ser menguado; que en mi tierra es tonto o corto de entendederas.

Se recrea Sancho contando su viaje espacial, y nosotros con el. Que si las siete cabrillas..., el duque quiere burlarse de el pero Sancho esta a la defensiva; ya hila fino, como tu dices. Finalmente, el duque, lo deja como cosa perdida; porque si no, Sancho es capaz de relatarle todo lo que el universo contiene.

Que tengas una buena y tranquila semana.

Abejita de la Vega dijo...

Ay, cómo me gusta ese Sancho con las cabrillas. Qué cuento tiene este escudero, todo sea por la ínsula. Cuando cuenta lo de las siete cabrillas o pléyades, ya ha cogido carrerilla en lo de mentir y no tiene empacho en decir de qué color son.
Cervantes tiene bien estudiado a Ptolomeo. A pesar de llevar una vida de acá para allá, fue un hombre de gran cultura...no le hizo falta la Universidad. Aprovecha para poner esos conocimientos en boca de don Quijote, que era un hidalgo aldeano.

Un abrazo

pancho dijo...

Aguilera: Cada uno tiene su propio ritmo. Aquí no se llega tarde a ningún sitio. De todas formas te las arreglas para llegar a tiempo.Tienes mérito doble por dedicarle tu poco tiempo libre disponible al Quijote. Cervantes te estará esperando para acogerte en el bando de sus allegados.
DQ sabe que el desencantamiento de Dulcinea depende de los azotes de S. Como no le ve con mucha aplicación, le sugiere que le vaya dado, para que no se le amontone el trabajo.

La pareja de hecho se faltan al respeto, pero luego se les olvida pronto, como buena pareja.

Abejita: El grabado es de 1902. Me llamó la atención por la manera en que dibuja el paseo espacial de S entre cabras, setenta años antes de que el primer hombre subiera a la estratosfera en un cohete. DQ observando la escena con los ojos tapados, que dice que no los abrió en todo el trayecto.
Para escribir El Quijote sin google a mano, hay que tener muchas cosas en la base de datos.

Un abrazo a los dos y gracias por vuestro comentario

Paco Cuesta dijo...

La comedia ha llegado a un punto en el que todo el mundo está atrapado por lo dicho, hecho o lo que está por hacer. Es una autentica necesidad seguir adelante.

pancho dijo...

Paco: Una vez que han cumplido las condiciones impuestas por unos y por otros, los asuntos se van aclarando. A Sancho le espera la ínsula, pero Dulcinea tendrá que seguir con el encantamiento otra temporada, Sancho no tiene prisa de darse los azotes.
gracias por la visita y comenttario.