El próximo lunes termina la primera entrega de la serie de TVE, Isabel, que nos ha entretenido las noches de trece lunes consecutivos. Su éxito es una muestra de que cuando a los televidentes se les ofrece un producto digno, dejan a un lado todo lo que en ese momento estén haciendo y esperan la llegada de la hora de comienzo de la película con impaciencia. Esta serie me ha inducido a indagar sobre el personaje del Príncipe Juan.
![]() |
Agustín Casillas |
Su prematura muerte dejó sumidos en la desolación a sus padres, a su joven esposa embarazada y significó un gran trauma para los castellanos de la época reflejada en la abundante literatura fúnebre y popular que ocasionó. Algunos murmuraban que fue envenenado, otros que murió de amor o víctima de los excesos amatorios con su mujer Margarita de Austria, hermana de Felipe el Hermoso, en los siete meses que duró su matrimonio celebrado en Burgos: “Se celebraron los desposorios el Domingo de Ramos con mucha solemnidad, y en principio del mes de abril los velaron con las mayores fiestas que en casamiento de príncipe se hizieron grandes tiempos antes en Castilla…” Lo cierto es que fue un joven de poca salud. Desde pequeño los médicos le recetaron extractos de tortuga que capturaban en La Albufera de Valencia. En su entierro fue la última vez que en Castilla se vistió la jerga blanca en señal de luto. Sus restos fueron trasladados desde la catedral de Salamanca al convento de Santo Tomás de Ávila por mandato de los reyes.
Información entresacada principalmente del diccionario enciclopédico: “Conoce Salamanca” y de la Historia de Salamanca de J. Antonio Bonilla, Jose Mª Hernández y Jose Luis Martín.
"En su tierna juventud
te lo quiso Dios llevar.
De tan penosa tristura
no te esperes consolar".
Juan del Encina