jueves, 7 de abril de 2016

Noches lúgubres (1) José Cadalso. Plegaria.






"A todas partes llanto lastimero/ Miedo y horror y cruda muerte crece"


Noches lúgubres (1) 
José Cadalso 

Breves apuntes biográficos 

José Cadalso nace en Cádiz en 1741 y muere también en Cádiz en 1782. Estaba escrito que la Tacita de Plata abriera y cerrara el paréntesis de este autor culto, políglota y patriota correcaminos. Su madre muere en el parto. A su padre solo lo ve muy de vez en cuando debido a su profesión de comerciante con negocios en ultramar. Primero es su abuelo quien se hace cargo de él. Al morir su progenitor adoptivo, pasa al cuidado de un tío jesuita que convence al padre para que estudie interno en París a la tierna edad de nueve años. A los trece prosigue su formación en Inglaterra. “Allí experimenté por primera vez los efectos de la pasión que se llama amor.” Confiesa Cadalso en la biografía que introduce las “Cartas Marruecas.”

A los veinte años se queda huérfano del todo y regresa a España, ingresa en el ejército y comienza su carrera literaria. Participa en la campaña de Portugal y sigue a su regimiento por toda España. En 1766 se produce el motín contra Esquilache. La gente ve amenazadas sus costumbres y maneras de pensar por las medidas impuestas por gobernantes extranjeros traídos de Nápoles por Carlos III y se levanta. Su regimiento es llamado a la corte. En 1768 se ve desterrado a Aragón debido a  la difusión de unas copias manuscritas en las que se mencionan los amoríos de lo más granado de la sociedad madrileña. Allí lee a Garcilaso (perfección imitable para Cadalso por su condición de poeta y soldado) y a Ovidio.



"El cielo también se conjura contra mi quietud, si alguna me quedara"

En 1770 regresa a Madrid en un puesto de trabajo que preside el conde de Aranda. En esta época conoce y se enamora de la actriz María Ignacia Ibáñez. Su muerte sume a Cadalso en una época de pesadumbre, relacionada con Noches lúgubres, el intento de velar su sepulcro y desenterrar el cadáver.

Parece que entre 1773 y 1774 se establece en Salamanca donde pertenece a la Escuela de Salamanca junto a Meléndez Valdés, José Iglesias de las Casas, Fray Andrés del Corral, Quintana y otros, apoyados por Jovellanos, representantes del prerromanticismo auténtico que aunó modas e influencias francesas, inglesas y otras genuinamente españolas: cantar ante la luna, sueños literarios que se van a ver truncados por la invasión napoleónica y que luego culminarán autores como Zorrilla y el Duque de Rivas. Seguidos por los primeros escritores románticos.

Del 1774 al 1779 parte a Montijo, Extremadura, para regresar poco después al punto de partida: tomar parte del cerco de Gibraltar donde muere en 1782 en una acción militar. En San Roque encuentra su primer lugar de descanso eterno.

Noches lúgubres no es una obra teatral a pesar de estar dividida en las tres jornadas clásicas del teatro. Adopta la forma de novela dialogada sin voz narradora que guíe los monólogos y  diálogos entre los personajes. El diálogo mantiene un tono subversivo y tenebroso como ya indica el título. Es el mismo autor el que nos da la pista en la portada sobre el estilo de la obra al afirmar que imita al poeta y clérigo inglés Edward Young. El texto es una plegaria fúnebre y doliente de un fracaso porque la muerte es el fracaso de la vida. Tiene elementos de la elegía,  combinación de elogio a la persona enterrada con la expresión de los sentimientos de la persona afligida.



"el vestido lúgubre, las piernas desnudas; los pies descalzos

El texto corresponde a la copia manuscrita de 1775 que se conserva en la British Library, pero que no se publicó hasta después de la muerte del autor como señala Nigel Glendinning en la introducción de la novela para la edición que manejo de Austral. Noches lúgubres se publicó por primera vez por entregas en el Correo de Madrid entre 1789-90.

Dejamos a Tediato inquieto en mitad de la noche tormentosa, iluminada por los relámpagos cada vez más frecuentes, esperando al sepulturero del templo. Ha quedado con él en el exterior para que le ayude a desenterrar el cadáver de su amada.


Cuando el tiempo me borre el dolor
y otros ojos se fijen en mí
yo me sienta feliz como ayer
plegaria, plegaria, nostalgia
de mi fracaso por ti.
Bambino






El presente  comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige desde hace unos cuantos años su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.


5 comentarios:

María Luz Evangelio dijo...

Bueno, me alegro de que haya gente valiente que se atreve los primeros días con esta obra, yo voy con más retraso, espero decir algo la semana que viene.
Gracias por la introducción y situarnos un poquito en el contexto.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Una magnífica introducción al autor, su época y la obra. Estoy convencido -sin dudarlo ni un minuto- que a Cadalso le gustaría este remate por Bambino.

Gelu dijo...

Buenas noches, pancho:

¡Vaya cita Tediato y el sepulturero!; por ser quien eres, y por la compañía del profesor Ojeda, me he acercado a pesar de mi miedo por los truenos y relámpagos.
Os leeré, como siempre, y a ver si puedo participar en el próximo título.

Abrazos
P.D.: Las interpretaciones de Bambino me encantan.

Abejita de la Vega dijo...

Cadalso se quedó sin madre nada más nacer y vio a su padre por primera vez a los trece años. Terrible para su educación afectiva no tener padre ni madre. Le marcaría.

Conoció los mejores colegios, el famoso Luis el Grande entre ellos. Un español que hablaba varios idiomas, inaudito. España le parecía un país pueblerino y cateto, normal.

Eligió morir por ganar Gibraltar, patriota sin embargo.

Pobre Cadalso, tu Bambino le hubiera hecho tal vez sonreír. Qué pobre, su adorada Ignacia se muere de tifus a los veintipocos años.

Buen comienzo. Besos, Pancho.

Myriam dijo...

Gracias Pancho por estos apuntes
biográficos.

Besos