miércoles, 1 de julio de 2015

La saga/fuga de J.B. (12) Gonzalo Torrente Ballester. Se cierne una sombra.






"Que avisen al señor Bastida de que lo espero en mi casa a eso de las cinco"


La saga/fuga de J.B. (12) 

Gonzalo Torrente Ballester 


La disparidad de criterio entre la justicia divina, propensa a la benevolencia y a  la manga ancha que deja sin castigo a las ciudades pecadoras, por un lado; y por otro la suya propia, más radical e inclinada al escarmiento a la antigua usanza, el ojo por ojo del antiguo testamento hasta quedarse todos ciegos, se traduce en síncopes y patatuses que afectan a la salud de don Acisclo, lo mantienen  en cama durante una temporada. 

 Alarmados por la ausencia continuada de los lugares de costumbre, los conocidos y allegados acuden a visitarle. Las señoritas de Aguiar, Beatriz y Clotilde, dejan turulato al cura al presentarse ante él sin avisar. Mientras que la primera lo hace con el cesto de la compra lleno de caimanes vivos, la silueta avícola de Clotilde aparece vestida de negrura y claridad, resultante de la combinación del negro catafalco y del blanco nuclear, fogonazo de lucidez en medio de la tiniebla. La silueta gallinácea proviene de los complementos pret a porter, un sombrero negro como el carbón, traspasado “por un doble aguijón con remates de polisaedros de azabache.” Nido de pajarraco. La blancura de unas bragas de antes, anudadas por debajo de las rodillas y abertura en la entrepierna para facilitar el tránsito, haciendo juego con un sobrecorsé algo mortificante, también blanco, ceñido a la cintura que le resultan familiares al convaleciente por haberlas visto en el tendedero doméstico. (pertinente atuendo para las más mandonas, meonas de cualquier sitio, como borrachos contraviniendo bandos municipales de aguas menores y ríos callejeros en los rincones escondidos y paredes a altas horas)




"De cuya abundancia de perifollos y jeribeques procedía su afición a improvisar"


La afición de don Acisclo a improvisar complejas variaciones ornamentales sobre los textos de Bach procede de la abundancia de tanto adorno lírico, perifollos y jeribeques del tendedero familiar. El recuerdo turbio. Don Acisclo se espabila y pregunta por Lilaila. Beatriz le informa de sus sospechas, cree que se va a casar con Josualdo Baldaña porque han limpiado el pazo con más esmero y a conciencia que otras veces. Incluso hay una cama dispuesta para dormir en ella. 

 “No me explico el miedo que tiene la gente a la santidad”. Razona don Acisclo al esperar que Lilaila se metiera a monja, máxime cuando don Josualdo era un emigrado político. 

Pura le cuenta a Beatriz que Barallobre ha descubierto el paradero de Miguel, desaparecido desde la guerra cuando fue expulsado del ejército por no haber estado a favor de nadie, ni tampoco contra nadie. Se ha amancebado con una y tiene dos hijos. Se ha dado a la bebida y al abandono. Ella se compadece y le manda con Jacinto cinco mil pesetas del calcetín. Se conoce que Pura tampoco confiaba en los bancos como caja fuerte, no fuera a pillarle el corralito de los sesenta euros diarios como a los griegos. Yo pongo las barbas a remojar al ver las barbas del vecino pelar, pues a deuda pública no hay quien nos gane,  según comentan los entendidos. Jacinto aprovecha la visita de Pura para que le diga a su criada que se entreviste con su hermana y que avise al señor Bastida que lo venga a ver a su casa a las cinco de la tarde. Hora de buscar la sombra como los perros en febrero. Mensajeros encadenados a la comunicación antigua del boca-oído.   





"Aunque uno comprendiese inmediatamente que la silueta avícola resultaba de la combinación de un cubrecorsé blanco"


La vida da que Julia se arremanga y le arregla un poco el traje desgastado. Como nada se puede hacer con la camisa de puños deshilachados, rebusca en los baúles y encuentra una camisa azul con listas moradas que no hace juego con nada y que guardaba de un viajante catalán. Allá que se va Joseíño, con el peso a cuestas, el olor a ajo de una cruz que Julia le dibuja en la espalda para que la suerte no le abandone. Aquí lo dejamos, llamando a la puerta de la extraña casa de don Jacinto Barallobre, boina en mano, en una tarde clara y tibia a la vez.


En 1965, hace 50 años,  los Beatles publicaron dos álbumes: Rubber Soul y Help. Dentro de Help, Yesterday, una canción que nos ha acompañado toda nuestra vida desde entonces: 


Yesterday, all my troubles seemed so far away

Now it looks as though theyre here to stay
Oh, I believe in yesterday.

Suddenly, I’m not half the man I used to be,
There’s a shadow hanging over me.
Oh, yesterday came suddenly.
The Beatles





Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige desde hace unos cuantos años su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

4 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Cuánto me ha sorprendido, para bien, tu continuación de la lectura de Torrente Ballester. Venido de Marruecos me sumerges en la quietud de esa provincia gallega que está y no está. Esta entrada vuelve a demostrar la variedad de cosas de esta novela, la coña del autor -esa santidad que da miedo- y tu excelencia a la hora de abordarla. Y muy bien ilustrada, por cierto.
Gracias, querido amigo.

Myriam dijo...

Fue muy agradable, Pancho, haberme sumergido en
este fragmento de la Saga_Fuga de Torrente B. Contigo.

A propósito de tu mención del "ojo por Ojo" del AT, que
en realidad viene del Código babilonio de Hammurabi c:a 1700 aEC
siempre me ha sorprendido la interpretación errónea que, a mi juicio,
se le da desde nuestra actualidad, porque para la mentalidad de la época,
no se trataba de una cuestión revanchista, sino de justicia. En aquella
época sucedía que por ejemplo, uno le sacaba un ojo en una reyerta a otro, y éste mataba luego a toda la familia del primero. Y Hammurabi, lo mismo que los redactores del AT, dicen algo así como: "si te sacan un ojo, sácale un ojo, si te sacan un diente, sacale un diente, pero no te excedas, no mates a toda su familia porque X. te saco un ojo. Eso no es justo".

Y de nuevo gracias, Pancho, por haber traído una lectura que me ha gustado mucho. Ojala que puedas leer bastante en el verano, así luego podremos disfrutar de tus trabajos sobre las lecturas. Besos

Abejita de la Vega dijo...

¡Veciños, veciños que Pancho ha vuelto con la saga fuga!

¡Lo tuyo es veneración por don Gonzalo!

Besos, Pancho.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, pancho:

Don Gonzalo tuvo que divertirse construyendo esta novela, que hay que leer y releer muy despacio, si queremos retener las historias y por la cantidad de personajes que aparecen.
Has conseguido acabar todas las lecturas iniciadas, y con La saga/fuga de J.B. vas camino del cierre de oro o platino.

Un abrazo.

P.D.: Buen broche musical.