miércoles, 8 de junio de 2016

La saga/fuga de J.B. (19) Gonzalo Torrente Ballester. Vagadores de sendas.






"Los próximos Idus de marzo, como usted sabe, son peligrosos para los Jota Be."


Ahora que parece que las aguas del Mendo se han serenado un poco, retomamos a otro escritor gallego que habíamos dejado a medias, don Gonzalo Torrente Ballester y su Saga/fuga que nos tiene locos. 


La saga/fuga de J.B. (19) 
Gonzalo Torrente Ballester 

Los integrantes de la Tabla Redonda deciden que hay que eliminar a Bastida. Al menos quitarlo de en medio durante una temporada. Enviarlo a Madrid unos días hasta que pase el peligro. Pagan a escote los gastos de la operación y el rey Artús queda encargado de convencerle de la conveniencia de su marcha. Pero Bastida le dice que verde las han segado, que puede meterse el dinero por donde le quepa, él no se mueve de Castroforte ni a punta de navaja. Menos ahora que tiene una mujer a la que servir. 

Bastida saca del cajón un poema para llevarlo a la Casa del Barco. Resentido aún por las bolas negras que le echaron a su solicitud de entrada en la Real Sociedad Santa Lilaila de poetas y músicos. Dolido porque no entendieran un poema suyo. No tenía nada que demostrar sobre su notoria ambivalencia. En el treinta y seis el mismo soneto con ligeros retoques había servido para los dos Frentes: el Popular y el Nacional. Luego el dichoso soneto fue usado de cargo durante el juicio al que le sometieron. En la cárcel se auto convence de que no le volverá a pasar. A partir de ese momento inventará un idioma para escribir poemas que sólo él entienda. Se convertirá en la autoridad mayor y único lector de sus escritos. Proclama su libertad para hacer lo que le dé la gana con su creación. “Lo que digo en mis versos es de mi exclusiva incumbencia. No le importa a nadie y encuentro ofensivo para los demás proponerles su lectura.” Sus esperanzas están puestas en su trabajo de lingüista. Ha conseguido que su lenguaje tenga “la excepcionalidad de las reglas y la regularidad de las excepciones […] algo así como un trueque de sustancias.” 

Las estructuras verbales de su idioma particular están basadas en cinco verbos sustantivos: el ser y el estar; por supuesto, también el ser que viene de la nada y el que va a la nada. El quinto verbo es defectivo, viene con tara incorporada. Sólo tiene dos formas: una para confesarse a sí mismo que es más feo que Picio y otra para increparse cuando se mira en el espejo. Como su fealdad es un presente continuo, le sobran los demás tiempos para expresarse. Los verbos de su lengua se agrupan por criterios significativos más que morfológicos. Los que expresan acción terminan en ama; los de pasión, en eme; los de inteligencia, en umu; los de amor nostágico, goce y dolor quedan fuera de la clasificación como irregulares. Estos últimos son pocos, pero muy usados. El verbo que significa morir no tiene conjugación, solamente se usa en formas compuestas, como elemento semántico añadido. De ahí salen morir de amor o morir de felicidad.



Todo lo dicho sirve para explicar el estilo poético de José Bastida. Su poética es tradicional, basada en las imágenes reconocidas. Apoyada en las estructuras rítmicas acreditadas por la tradición poética. Los acentos cumplen una doble función: por un lado marcar el ritmo y la entonación del verso y la formación de las palabras por otro. Los morfemas son siempre monosilábicos, como imantados, atraídos por el acento como el amante por la amada. Por lo tanto, el cambio de acentos de un verso implica cambio de significado. 

A continuación don Gonzalo se enfrasca en la explicación del endecasílabo. Hay que tener la imaginación desbordada de Cervantes y la confianza a prueba de bombas en la fuerza de su prosa para hacer literatura de un arduo tema académico, de estudio en serio, como es la Lingüística y que aquello no sea un tostón. Vamos, como hacer literatura atractiva de las ecuaciones de segundo grado o de la teoría de la relatividad. 

Barallobre requiere la ayuda de Bastida para escribir un trabajo sobre el tema antes de los Idus de Marzo, no exento de complicaciones debidas a tantas contradicciones entre las distintas versiones, dudas e inconsistencias. 

Cambio de tercio. Bendaña y Barallobre tienen un peliagudo dilema de honor que resolver. Lilaila, que es la mujer de Barallobre, se ha enamorado de Bendaña. Ella tiene un problema de conciencia que es también un problema de existencia para Barallobre, pues la mujer se siente atada por las ligaduras invisibles del matrimonio. Solo enviudando, es decir, si Barallobre deja de existir, se considerará liberada para casarse con Jesualdo Bendaña. 






"Sólo si mueres, me consideraré libre."


El caso es que el día en que Bendaña se presenta en casa de Barallobre para pedirle que se muera, este no cree que un problema de conciencia de la mujer que los dos aman sea suficiente motivo para apretarse el gatillo o dejarse resbalar por la ladera del Mendo y ser comida de las lampreas. Si Jesualdo le quita la novia,  no es por su labia, que a oralidad le gana Barallobre de sobra. Es la escritura convincente de Bendaña la que inflige una derrota en toda regla a la oratoria. Pero a toro pasado, no lo lamenta. El episodio de noviazgo, traición y ruptura le ha permitido descubrir su verdadera vocación, ganar la libertad del aire. La dedicación a tiempo completo a la lingüística. Acuerdan publicar la esquela fingiendo su muerte. Así ella se siente libre,  como deben sentirse los muertos. A ella se le quita un peso de encima, nada menos que el peso de la existencia de su marido.


Dame la libertad del agua de los mares 
Dame la libertad de la tormenta 
Dame la libertad de la tierra misma 
Dame la libertad del aire 
Dame la libertad de los pájaros, de la marisma 
Vagadores de las sendas nunca vistas
Caballero Bonald/Juan Peña el Lebrijano




El presente  comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige desde hace unos cuantos años su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.


3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Estas disquisiciones literarias y eruditas de la novela son de las cosas que más he disfrutado en ellas. Todo la novela, en realidad, es un festival intertextual lleno de mucha ironía y humor pero esto es sublime. O a mí me lo parece.
Me alegro que vueltas a La saga/fuga

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, pancho:
:)
Tengo que felicitarte, ¡la entrada 19 de la Saga Fuga!
Y estupenda además.
Algo que tiene este libro es que la sonrisa permanece durante la lectura. Imagino cómo tuvo que disfrutar D. Gonzalo Torrente Ballester.
Esos poemas de Bastida que sólo él entiende. Y en el trío, problema de conciencia y de existencia. Y la petición de Bendaña, solucionada con la publicación de la esquela.
¡Qué hermosa la libertad del aire!
:)
Un abrazo

Myriam dijo...

Como he disfrutado tu retorno a Torrente Ballester
y sus disquisiciones y las tuyas jajaja:
Excelente.

Besos, Pancho