jueves, 1 de octubre de 2015

La saga/fuga de J.B. (18) Gonzalo Torrente Ballester. Un crucigrama sin terminar




"Sistema de símbolos más o menos encadenados en sistemas de apariencias en la que se traduce la compleja realidad de la Conciencia Cósmica"


La saga/fuga de J.B. (18)
Gonzalo Torrente Ballester

Los estorninos se fueron como vinieron y dejaron los porqués. ¿Por qué en ese momento y por qué en Castroforte? La prensa local pide que sean los doctos los que respondan que por algo lo son.

El catedrático de historia natural del instituto da una conferencia en el casino sobre las costumbres de las lampreas y estorninos, pero divaga tanto en la exposición que se le acaba el tiempo sin dar razones de la batalla. Don Acisclo confiesa su ignorancia sobre el tema. Don Perfecto dice que lo está pensando. La respuesta viene del púlpito, de quien nadie lo esperaba, viene del Deán de la Colegiata, rival de don Acisclo que asiste indiferente y escaso de interés a la homilía sentado en un banco. Bastida asiste por casualidad. La misa le pilla dándose el paseo habitual por el claustro intentando descubrir la identidad de los personajes esculpidos en los relieves y capiteles de la girola. Cada día descubre un nuevo retrato que añadir a los de don Celso Taladriz con su sonrisa ambigua, al abogado del estado Blanco Beltrán, o al ingeniero de obras públicas don Julián González. Hoy ha descubierto la cara del alcalde, metido de patas y confundido entre la rebujina de ingredientes de una enorme caldera que Pedro Botero remege con un tridente. Incluso la cara de don Acisclo tallada para los restos, rematando el extremo de una gárgola con forma de falo gigantesco.

El Deán hilvana el sermón en torno a tres realidades observables acompañando el discurso con ostensibles manoteos, golpes y aspavientos. Primero; Castroforte está fuera de la ruta migratoria de los estorninos en sus desplazamientos norte-sur. Segundo; no existe literatura alguna de que las lampreas y estorninos hayan entrado en contienda por vivir en planos distintos, unos arriba y otros abajo. Y tercero; como ni la carne de unos sirvió de alimento para los otros, ni los ojos de las lampreas lo hicieron para las aves, concluye que Castroforte ha sufrido una alteración de la ley natural que no admite explicación racional. Ha sucedido un milagro. La conclusión arroja más dudas que certezas en don Acisclo. ¿Milagro de quién y para qué? Se pregunta incrédulo, además el Santo Cuerpo es apócrifo y no puede hacer milagros.





"Su cabeza de gallo portugués encanecido emergía de la sotana ribeteada de púrpura"

Bastida corre a contarle el sermón a Barallobre, morriñoso a consecuencia de una mala noche, una pesadilla que presagia su propia muerte “entre muñecas rotas, brazos quebrados, cajones vacíos, lanzas.” Le cuenta que como hace más de tres meses que no se suicida nadie en Castroforte, el Deán cree que la aparición de los estorninos ha sido un milagro del Santo Cuerpo para las lampreas que habían entrado en una fase de delgadez extrema y,  como consecuencia,  pérdida de sabor. Propone una procesión de acción de gracias el jueves por la tarde.

La procesión se celebra un poco más tarde de la fecha propuesta por el Deán, pero antes de que salte la noticia de la supuesta muerte de Barallobre, que no fue por los Idus de Marzo sino algo antes, con unas dos o tres semanas de antelación.

Don Perfecto Reboiras pide silencio a los que no creen en milagros, hombres de poca fe, con un “¡Callese!” sonoro, imperioso, pero más suave que aquel real “¿Por qué no te callas?” que está en la Wikipedia. A su juicio la versión del Deán es falsa en su texto, pero si nos acostumbráramos a admitir la realidad como un sistema de símbolos encajados, de experiencias admitidas por todos, en los que se traduce la Conciencia Cósmica, no nos costaría admitir la conclusión del episodio de las lampreas y estorninos como un hecho extraordinario ante una deficiencia imprevisible, por azarosa, del sistema. Añade que la batalla ya estaba profetizada desde hacía tiempo, “si hemos de entender por episodio algo no necesariamente necesario, sino azarosamente azaroso o casualmente casual.” "La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte" Frase de Groucho Marx en una película, citada hasta la extenuación.



"En el capitel de la columna de la izquierda de la Puerta del Perdón, existe una decoración de aves y peces que los arqueólogos estudiaron a causa de la perfecta estilización de los animales allí representados"


En efecto, en un capitel de la columna de la izquierda- según se mira- de la Puerta del Perdón existe una decoración de aves y peces de boca grande que zampan a las aves de pico largo que - a su vez- sacan los ojos a las lampreas.

 El Rey Artús, que estos días considera la eventualidad de una viudedad inesperada, hablar en pasado de su propia mujer, porque una muchacha difícil únicamente entregará su tesoro previo paso por el altar, quiere saber si hay más profecías. Don Perfecto menciona al hombre que porta en brazos el Cuerpo Santo en el parteluz de su capilla. Hasta ahora todo el mundo ha asumido el hecho fundacional de que es Barallobre el portador, así lo repiten los guías turísticos una  y otra vez en todos los idiomas. Falso de toda falsedad, porque el Cuerpo nunca salió de la urna. Lo que interesa es en lo que nadie se ha fijado, los siete círculos por encima de su cabeza. Considerados caprichos del cantero. “¿Qué capricho, ni que niños muertos!” Se trata de los siete planetas alineados. La profecía puede aplicarse a la ocasión que esperamos con las siguientes posibilidades:







Tu cuello es una rama para colgarse, 
tu mente un crucigrama sin terminar, 
tu ombligo anda buscando donde ocultarse, 
tu boca es un milagro de la humedad.
Joaquín Sabina




Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige desde hace unos cuantos años su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.



2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Entre ciencia, creencia y cachondeo se mueve Torrente Ballester para desmontar las rutinas de la vida. Incluida una hipotética viudedad con la que tantos sueñan, el traslado del Cuerpo Santo o los pronósticos sobre el fin de una personalidad múltiple. En efecto, la vida está inacabada siempre y nunca tendremos todas las piezas. Por eso a veces es mejor abandonar el barco.
Qué bien ilustrada y musicada esta pieza.

Abejita de la Vega dijo...

Paso por aquí para saludarte, un abrazo, Pancho. Un buen trabajo.