domingo, 24 de junio de 2012

Mi casa estaba en la Plaza de los Bandos

 



 
 
La Plaza de los Bandos está vinculada a la historia de la ciudad. Toma su nombre de las luchas sangrientas y rencillas entre familias nobles de Salamanca en las postrimerías de la Edad Media. La plaza surge en el solar dejado por la desaparecida iglesia de Santo Tomé.




  



A un lado se encuentra la casa de María la Brava. La leyenda habla de una madre coraje que persigue hasta vengar la muerte de sus hijos. En el curso de las luchas de los bandos salmantinos, encuentra y mata a Los Manzano en una posada de Viseu. El regreso lo hace cargada con las cabezas de los vencidos que arroja sobre las losas de los sepulcros de sus hijos en la iglesia de Santo Tomé. La casa data de mediados del S. XV. El escudo con corona abierta nos revela el ascendiente real de su propietario. En efecto,  el marido de María la Brava, Don Enrique Enríquez de Sevilla, era tercer nieto del rey Fernando III. 






"Saliendo por el arco de la calle Zamora o por el de Pérez Pujol, se llegaba en pocos minutos a mi casa. Casi siempre iba corriendo, porque me había entretenido con alguien y había que estar en punto a las horas de comer y cenar. Llamar por teléfono a los padres y decir: “Oye, que no voy a cenar”, eso era algo que no se concebía. Mi casa estaba en la Plaza de los Bandos, en ella nací y viví hasta poco después de acabar la carrera, cuando me vine a Madrid en busca de otros horizontes. Mi casa ya no existe, la tiraron hace unos años, sin que nadie me avisara. Era de tres plantas, con miradores planos, yo vivía en el primero. Ahora hay un Banco. Me hubiera gustado llegarme a sacar una foto por lo menos, antes de que entrara en acción la piqueta. Aunque qué más da, de qué sirve una foto metida en un cajón, cuando todas las demás cosas han cambiado o se han perdido para siempre. Desde el balcón de mi casa veía la iglesia del Carmen, donde me bautizaron, allí enfrente, junto a la casa de doña María la Brava. He jugado mucho en la Plaza de los Bandos, para los niños de aquel tiempo no entrañaba peligro jugar en la calle. Lo he recordado así en mi novela El cuarto de atrás: "Jugábamos a tantas cosas en aquella plaza, a los dublés, al pati, a las mecas, al juego mudo, al corro, al monta y cabe, al escondite inglés, a chepita en alto: también había juegos de estar en casa, claro, de ésos sigue habiendo, pero los de la calle se están yendo a pique, tos niños juegan menos en la calle, casi nada, claro que también será por los coches, entonces había muy pocos. En aquella plaza sólo tenía coche un médico que se llamaba Sandoval, y era un acontecimiento cuando llegaba, nos bajábamos de las bicicletas, las madres se asomaban al balcón con gesto de apuro: “¡Cuidado, que viene el coche de Sandoval!”, y eso que él mismo ya entraba con cuidado, a treinta por hora".

Carmen Martín Gaite.
 Rutas de Salamanca en mi recuerdo
 Coto cerrado de mi memoria.
Selección y edición de Charo Ruano





11 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Muy curiosa y bonita esa historia de la Pza. de los Bandos. Besotes, M.

El Drac dijo...

Lindos recuerdos, aunque me hubiera gustado tener fotos (auqnue sea) de mis casas antiguas, de mi colegio derrumbado por un terremoto. En fin.

Un gran abrazo

Abejita de la Vega dijo...

Veo a Carmen Martín Gaite jugando en ese plaza al escondite inglés. Plaza de los Bandos, entró la piqueta y Carmen no tuvo tiempo de despedirse...

Besos

Paco Cuesta dijo...

Historia, turismo literatura y comentario. ¿Alguien da más?

matrioska_verde dijo...

Caundo leo estas crónicas siempre pienso: "Cuanto ama Pancho su ciudad"

biquiños,

Asun dijo...

¡Qué bonita plaza para pasar la infancia y la adolescencia!
Lugar de juegos, de encuentros con amigas... Bellos recuerdos que quedan en la memoria.

Besos

Myriam dijo...

Cierto ya no se juega en la calle, es que los Sandovales se han multiplicado por cientos y miles...

Besos

Myriam dijo...

(y también los Ronconete y cortadillos y otros peores)

Ele Bergón dijo...

Tu Salamanca querida como la de Unamuno, Carmen Martín Gaite y tantos otros. Ya sabes que me encantan estos pequeños reportajes.

Un abrazo

Luz

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, pancho:

Qué bonito todo lo que explicas de tu querida Ciudad.
Qué decir de Carmen Martín Gaite, sino que admiro su forma de escribir, y el legado que nos dejó.
Quería poner música, y nadie mejor que Amancio Prada .

He mirado entre mis discos, pues recordaba que le dedicó uno completo: 'Caravel de Caraveles' (1976). A Calila. Pero no he encontrado nada en Youtube
En otro CD, de ‘Mar e terra’ ,1999, decía Amancio Prada, -en el librillo- que solían cantar juntos la canción ‘De Portugal me mandaron’. Tampoco la he encontrado.

Dejo este enlace, en el que Carmen Martín Gaite, explica maravillosamente lo que todos buscamos.

Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Pueblo de banderías. Eso es España casi siempre.
Me gusta esta serie que dedicas a Salamanca.