miércoles, 8 de febrero de 2017

Novelas Ejemplares. La española inglesa. Miguel de Cervantes.El amor es un banquete.




"Y aunque iba aprendiendo la lengua inglesa no perdía la española"


Novelas Ejemplares 
La española inglesa 
Miguel de Cervantes 

La acción de La española inglesa transcurre primordialmente en Cádiz y en Londres. La armada inglesa, más invencible que la española, se viene al extremo sur de Europa a hundirnos los barcos y a dedicarse al saqueo de la ciudad que mejor canta las chirigotas de carnaval. Se ve que como en la parte terrestre del mundo no pueden con los ejércitos del imperio de pies de barro, pero poderosos en ese momento, nos atacan por mar. No solo porque los hechos narrados comiencen con feroces corsarios ingleses asaltando las playas gaditanas y  continúen a orillas del Támesis La española inglesa es cosmopolita, lo es también por la diversidad de su localización y nacionalidad de sus personajes. Luego hay un largo periplo europeo, por Francia e Italia donde Ricaredo se afianza en su catolicismo romano. La trama concluye en Sevilla, al lado del convento de Santa Paula. Y mar, mucho mar, como corresponde a la tradicional hegemonía británica en los mares y océanos. Allí no rigen las leyes de tierra firme, allí se aplica sin contemplaciones la rigurosa ley del mar. Se notan los conocimientos marineros de Cervantes, se desenvuelve como pez en el agua en la narración de ese abordaje sin resistencia enemiga a las puertas del puerto de Cádiz

Los hechos narrados son contemporáneos del autor, por lo tanto la relación entre España e Inglaterra reflejada en la novela puede presentar trazas de realidad. También se firmó una paz en 1604, por lo que esa ambigüedad de amor y odio entre los países y algunos personajes que impregna la novela corta puede que tenga asiento en la realidad de la época. El saqueo de Cádiz fue real, ocurrió en 1596 y constituyó una de las derrotas españolas más dolorosas en la guerra contra el Reino Unido. 



"Le tenían dedicado para ser esposo de una muy rica y principal doncella escocesa, así mismo secreta cristiana como ellos"

La española inglesa es un romance,  una historia de amor, una entretenida novela bizantina en la que triunfa el amor a pesar de los numerosos obstáculos que aparecen en el camino. La novela bizantina  estaba de moda y respondía a los gustos de los lectores de la época, pero hay mucho más como corresponde a un escrito de Cervantes relacionado con la época y sin que provoque fatiga en los materiales usados. Como esas descripciones de los navíos en las que el autor parece casado con el mar, la corte británica y el contraste con la española, las penalidades de los cautivos, las negociaciones para liberarlos, la fiabilidad de los prestamistas y banqueros europeos, la belleza recobrada, etc. Un narrador ágil que inunda la historia de ritmo trepidante y muchas cosas que narrar. De fondo y atenidos al tiempo, el conflicto religioso de los siglos XVI y XVII que baña de sangre los campos de Europa. Los miembros de la familia secuestradora de Isabela son católicos de catacumba, perseguidos por ser raros entre la mayoría anglicana. Al revés pasaba en España con los conciliábulos protestantes clandestinos que tan bien describe Delibes en El hereje. A mi juicio,  existe en la novela un tono pacifista, una huida de la limpieza religiosa e ideológica que acarrean los fanatismos. Una propaganda a favor de la paz como refleja esa falta de rencor hacia el turco que encarcela y priva de libertad a los cautivos. El enemigo británico puede ser amigo. Pero con Cervantes nunca se sabe a ciencia cierta, todo puede ser medida ambigüedad y fina ironía. Una lectura acorde con estos tiempos de Brexit, después de cuarenta años de convivencia europea, se emborrachan de independencia y prefieren surcar los mares solos, (Allá ellos) no vaya a ser que algún europeo vaya a Londres a gobernarlos. Nunca lo permitirían ellos, claro, tan apegados a lo suyo. 

El comienzo de La española inglesa es provocador, tanto como el de La gitanilla. La reducción del ser humano a la categoría de despojo, material sobrante: “Entre los despojos que los ingleses llevaron de la ciudad de Cádiz, Clotaldo, un caballero inglés, capitán de una escuadra de navíos, llevó a Londres una niña de edad de siete años.” Ya vamos viendo que una de las tácticas de Cervantes es exagerar las situaciones para que el contraste barroco sea después más evidente. La táctica envenenada de reducir el ser humano diferente a la categoría de desecho como justificación de una posterior eliminación es tan vieja como el mundo. Todo está en Cervantes, sólo hay que leer y dar con ello. El capitán Clotaldo desbarata el dicho popular: “Joyas con dientes, nadie quiere,” haciendo referencia a la esclavitud y trabajo extremo que supone regenerar la especie, criar y educar a los hijos propios hasta que vuelan. Aunque pensándolo un poco, el chascarrillo hace aguas en estos tiempos en que la gente acepta esclavitudes sin decir ni pío. Me refiero a esa estadística que circula por ahí que señala que ya hay más animales de cuatro patas que niños en las casas. Es entrañable la cantidad de esclavitudes y compromisos que la gente asume con tal de tener a alguien a mano que le aguante los soliloquios. Como Orfeo y Augusto Pérez, pero con la diferencia que Augusto tenía criados para atender al can a cuerpo de rey. 




"Dentro de nueve días se hallaron a la vista de Londres"

Bien, pues resulta que Clotaldo se lleva entre el botín del saqueo de la Tacita de Plata a Isabela y la regala a su mujer. Lo extraño es que no la quisieran como esclava o cautiva para pedir por ella un rescate como era costumbre en la época. La educan como una hija más de la familia noble que son. La enseñan a leer, a escribir y a "tocar todos los instrumentos que a una mujer son lícitos,” (No vayamos a pensar mal) que acompañan el don de una voz maravillosa que encantaba al cantar, como La gitanilla. (Continuará)



Take me now baby here as I am
 Pull me close, try and understand 
 Desirous hunger is the fire I breathe
 Love is a banquet on which we feed 

Bruce Sprinsteen/Patti Smith




Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde 
La Acequia coordina y dirige desde hace unos cuantos años su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.



4 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Magnífico arranque. He de reconocer que se me había pasado lo de despojo y tienes toda la razón.
La novela bizantina es la novela que más arrastra la imaginación del lector de la época.

Gelu dijo...

Buenas noches, pancho:

No me resisto en dejarte un enlace ‘La Esfera’, 6 de abril de 1929, pág.31.,
para que leas el artículo de José Sánchez Rojas, en una visita a Sevilla, (en 1929). Se acerca hasta el convento de Santa Paula, y tiene un recuerdo para ‘La española inglesa’:

[…] “Miguel de Cervantes –el infeliz protegido del mesonero Tomás Gutiérrez- acaba de revelarnos su secreto de artista silencioso, melancólico y huraño. Isabelita es el remedo de la mujer que se ama y no se logra. Es el rosal que se descuida y que se lleva el viento de la violencia, de la fatalidad, de la indecisión ó de la cobardía. En este compás de Santa Paula, Cervantes pidió un lenitivo a su fracaso. Sus amigos de hoy, evocando estas andanzas por los países del ensueño y de la evocación, ocultamos también nuestros sinsabores más íntimos. ¿No es así, Miguel, amigo Miguel, hermano Miguel? “

Un abrazo

Abejita de la Vega dijo...

La española inglesa no me gustó, la leí como reliquia histórica y literaria y nada más. Yo sigo en mis trece: con qué sanas intenciones se roba a una niña tan pequeña. Y qué Isabel Tudor más benévola. Ya, ya sé que se firmó una paz con el Tudor pero en la mente de los españoles estaban las rapiñas de Drake y el desastre de la Invencible. ¿Ironía cervantina? ¿Convencionalismos de género bizantino que hay que leer como reliquia literaria? Me pregunto si aguantaríamos el Persiles...ya nadie lo lee.

Puedes con todo. Un abrazo

Myriam dijo...

Exacto, como dije en mi entrada, la niña secuestrada se convierte en:
despojo-prisionera-esclava-sirvienta-hija
Extraño lugar de ser una cosa y la otra.

UN abrazo, Pancho
y muchas Felicidades por tu cumpleaños
que me acuerdo muy bien que fue el 2 de Febrero.