Fuentes: Notas tomadas al vuelo de un programa de Radio Salamanca y del libro: Gonzalo Torrente Ballester. Fragmentos (de pocas líneas)
domingo, 31 de enero de 2010
La fuga de Don Gonzalo Torrente Ballester
Fuentes: Notas tomadas al vuelo de un programa de Radio Salamanca y del libro: Gonzalo Torrente Ballester. Fragmentos (de pocas líneas)
sábado, 30 de enero de 2010
Manifiesto por la Solidaridad
MANIFIESTO POR
QUIENES SOMOS:
Los que suscribimos este manifiesto somos ciudadanos en el pleno uso de nuestros derechos civiles, y titulares de la soberanía popular, de la cual emanan los poderes del Estado.
Los firmantes nos dirigimos a todos los ciudadanos del mundo, conocedores de la situación de pobreza, hambre y enfermedad en la que se encuentra gran parte de la población humana en un momento histórico, como el actual, en el que se disponen de los suficientes medios políticos, económicos y científicos que pudieran solucionar estos problemas.
Este manifiesto tiene vocación de universalidad, y va dirigido a toda la humanidad, a cada ser humano que habita el planeta, para que tome conciencia de la terrible situación a la que se enfrentan millones de personas y de alguna manera actúe en consecuencia para terminar con esta insostenible situación. Por ello la versión original en español será traducida a diversas lenguas, pues nuestro propósito consiste en hacer oír la voz de la opinión pública en los lugares en las que se toman las decisiones políticas y económicas del mundo.
A QUIÉN NOS DIRIGIMOS:
Nos dirigimos a la clase política gobernante de nuestros países; así como a los más altos mandatarios de las Organizaciones Internacionales, tales como
LES MANIFESTAMOS:
1.- Que este texto tiene su origen en la constatación de la extrema situación de necesidad y de hambre que sufre una gran parte de la población de
2.- Que consideramos que dicha situación es intrínsecamente perversa y no admisible ni moral ni éticamente, dado que todos los seres humanos nacen libres e iguales. Igualmente, tenemos presente que todos los ciudadanos del mundo tienen esos derechos desde el mismo instante de su nacimiento y no como una promesa futura cuya conquista dependa de la realidad política, social o económica de sus países.
3.- Que defendemos que es completamente injusto, inmoral y un crimen humanitario punible ante los tribunales internacionales y
4.- Que consideramos que esta injusta situación es contraria al Derecho Natural, a los Derechos Humanos y a las normas de la más elemental ética, y entendemos que ha llegado el momento de que la voz de la opinión pública exija de sus gobernantes el final de tal estado de cosas.
5.- Que el presente manifiesto no es un manifiesto utópico; y que tampoco es un manifiesto político, ni se pretende con el mismo la instauración de un nuevo orden político o socio-económico mundial, ni ningún menoscabo del tejido empresarial, sanitario y social del mundo desarrollado, sino la más elemental justicia con los desfavorecidos.
POR TODO ELLO, EXIGIMOS A NUESTROS GOBERNANTES:
1.- La adopción de medidas inmediatas y urgentes para paliar tal situación de hambre, enfermedad y desnutrición en el tercer mundo. Consideramos que tales medidas no constituyen una utopía, sino que son perfectamente viables y posibles.
2.- Mantener el compromiso de cumplir los Objetivos del Milenio que, establecidos por Naciones Unidas en el año 2000, definen los principios a los que ha de ajustarse la actuación de los países y del sistema económico internacional para superar, con el horizonte fijado en 2015, las injusticias que aquejan a la humanidad.
3.- La realización de acciones solidarias sistemáticas con los países más desfavorecidos y que se establezca un orden lógico y humano de prioridades en la política económica, con proyectos inteligentes que creen riqueza y puestos de trabajo en los países afectados, facilitando un desarrollo sostenible y un progreso que les ayude a la consolidación de una red sanitaria, económica y social estable que haga posible el retorno a una situación de partida igualitaria.
4.- Que se tomen las medidas necesarias para que los países ricos destinen una parte de sus presupuestos a la creación de riqueza, de empresas y de fuentes de trabajo en los países afectados; así como la adopción de un acuerdo internacional, que debería subscribirse en
5.- La implantación de un código ético que regule la estrategia de las empresas multinacionales, así como la eliminación de los paraísos fiscales y la aplicación de la tasa Tobin, ú otra similar, a las transacciones comerciales internacionales, que permita crear un fondo de solidaridad gestionado por Naciones Unidas.
6.- No aceptaremos simples declaraciones de principios que no se traduzcan en políticas concretas. En definitiva, APELAMOS al sentido de la generosidad y humanidad de todos, y fundamentalmente de la clase política internacional económicamente poderosa.
Desde la tierra que espera y cree firmemente en
jueves, 28 de enero de 2010
Día de caza; noche de magia.
CAPÍTULO 2.34
A los seis días de alojamiento en casa ajena, los duques están decididos a dar un paso más en la farsa, para ello es necesario que la burla salga de las cuatro paredes del castillo. Con ese fin no escatiman en gastos, a disposición del objetivo ponen una montería y una noche de magia: todos los recursos de la casa, materiales y humanos.
Tampoco se queda atrás el autor que da muestra, una vez más, de su pericia a la hora de enlazar unos sucesos donde destaca la mezcla de lo maravilloso y espectacular de la puesta en escena, primero de la montería y después de la cabalgata de los carros, con las dos situaciones plenas de comicidad provocadas por un S medroso.
Una vez que S rechaza una mejor montura y DQ se muestra reacio a desprenderse de su pesada armadura metálica, se ponen en marcha. Viéndose sin oírse por el bullicio de perros y bocinas, viene hacia ellos “un desmesurado jabalí” al que abaten a lanzazos, sin ver a S, pero oyendo sus gritos pidiendo socorro, colgado boca abajo, enganchado de la rama de una encina con su burro al lado, afligido de tanto lamento en una nueva lección del animal al humano, que no lo abandona a pesar de que el escudero lo acababa de dejar a merced del jabalí para ponerse a salvo en lo alto de la encina. Con todo, lo único que le preocupa al bajar es la devaluación que ha sufrido el sayo de caza rasgado que le regalaron al comenzar la montería.
Reflexiona que el riesgo que corren los cazadores en la caza es inútil. No debería haber satisfacción en matar un animal que nada ha hecho. El duque apoya la caza en tanto maniobras militares, ejercicios que simulan una batalla. Le aconseja que se dedique a ella cuando llegue a gobernador. Lo que para el duque es entrenamiento para la guerra sin hacer mal a nadie, salvo los propios animales, para S es ocio y dejación de sus funciones: “la caza y los pasatiempos más han de ser para los holgazanes que para los gobernadores.”
DQ, que había escuchado las razones de unos y de otros, reprende a su escudero: “¡…cuándo será el día, […] donde yo te vea hablar sin refranes una razón corriente y concertada!” algo que S no tiene ninguna intención de tener en cuenta, menos si la duquesa le apoya en todas sus opiniones.
Echada la noche tras la huida del día por Occidente, apareció un diablo a caballo tocando un cuerno desmesurado, envuelto en el estruendo y luces de las antorchas que iluminaban la noche cerrada, les anuncia la llegada de Dulcinea encantada y Montesinos, (parece ser que el que está por venir es Merlín) dispuesto a dar instrucciones a DQ sobre cómo desencantar a su enamorada. El estruendo que le acompañaba debió de afectarle porque menta a Dios y se olvida de su cometido: no reconoce a DQ que tiene delante, algo que no pasa desapercibido para S, que lo hace notar pero que de ninguna forma son motivo que le hagan sospechar de la farsa.
Tres carros, sin engrasar desde hacía tiempo, descritos con profusión de expresiones y artificio por C, tirados por cuatro bueyes cada uno con antorchas en los cuernos que acarrean a habitantes recién salidos de
Ilustración de Herreros, 1964. Madrid - Nacional
Cuando ya el chirrido de las ruedas procedente de los tres carros ha desaparecido, una cuarta carroza aparece, esta vez bien engrasada, acompañada de música que alegra el corazón de S, como veremos en la continuación del episodio la semana próxima.
Este comentario pertenece al grupo de lectura del Quijote que coordina y dirige desde La Acequia el profesor D Pedro Ojeda Escudero y ya ha sido publicado en la misma
martes, 26 de enero de 2010
Habla popular de Lumbrales (27)
Barruntar: Sospechar, presentir. "Barrunto agua porque me está empezando a doler la ringa".
El color verde aceituna en algunas palabras indica que son de reciente incorporación, posterior a Mayo de 2007.
Abreviaturas utilizadas:
DRAE: Diccionario de la Real Academia Española.
DCT: Diccionario del Castellano Tradicional.
BDE: Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Joan Corominas
domingo, 24 de enero de 2010
Agorafilia
En poco más de dos siglos de existencia,
Aníbal Núñez (poeta), Pequeña guía incompleta y nostálgica de Salamanca, 1995.
Nada nuevo descubrimos al decir que los salmantinos aman su Plaza Mayor. No hay acontecimiento que se precie que no aspire a tener sus piedras de testigo.
Las fotos en b/n están escaneadas de El siglo de Salamanca. Tribuna de Salamanca. 2004
jueves, 21 de enero de 2010
Sancho (que no seas tú) entre todas las mujeres
Después de haber comido, sin perder tiempo en ceremonias como su amo había hecho para sentarse a la mesa de los duques, se sentó S en una silla baja “de gobernador” (las altas con respaldo ya estaban reservadas para la duquesa y sus sirvientas), para hablar como un escudero hablador a un público abundante de doncellas.
Directa al grano la duquesa, le inquiere acerca de Dulcinea; ¿Cómo osó imaginar una dama de tal altanería cribando un costal de trigo? Levantando doseles al caminar por la habitación, S le confiesa que DQ está loco de remate, como tal, se cree todo lo que se le viene al magín. La duquesa, que le “anda brincando un escrúpulo en el alma” le repone que si DQ es tonto, su escudero que “le sirve y le sigue y va atenido a las vanas promesas suyas, sin duda alguna debe de ser él más loco y tonto que su amo”, no merece ínsulas, pues “el que no sabe gobernarse a sí, ¿cómo sabrá gobernar a otros?”
La mención de la ínsula es una banderilla de fuego en las anchas espaldas de S que le da la razón. Siguiéndole el hilo al escrúpulo, debería haberlo abandonado hace tiempo. Si no lo ha hecho, es porque “somos de un mismo lugar, he comido su pan, quiérole bien, es agradecido, diome sus pollinos, y, sobre todo, yo soy fiel; y así, es imposible que nos pueda apartar otro suceso que el de la pala y azadón.” Se despacha con una sucesión de refranes y proverbios ensartados en un orden anárquico que nadie como S sabe cómo hacer significantes y que son una delicia para su valedora y todos los lectores. Me quedo con éste sobre la certeza del final: “…no ocupa más pies de tierra el cuerpo del Papa que el del sacristán…”
Intervienen seguidamente dos de las escuchantes: la Dueña Rodríguez y la duquesa. La primera salta a la mención de la verosimilitud de los romances con una observación que provoca la risa, ya no disimulada de la segunda, que le confirma al escudero el gobierno de la ínsula: un caballero como su marido no puede echarse atrás en su promesa. La Duquesa le aconseja que una vez gobernador, mire por sus vasallos, que todos son leales. S le contesta que los buenos tendrán mano y concavidad, pero los malos ni pie ni entrada tendrán.
Como de la entrevista con DQ no había quedado convencida, vuelve al asunto del encantamiento de D, esta vez con S. Razona que S podría pasar de engañador a engañado por acción de los encantadores. Poco podría extrañar que la viéramos por aquí en cuerpo y alma. S asiente a la duquesa, añade que él no dijo lo de D por malicia sino por librarse de la regañina de su amo: su magín no le da para tanta invención.
A continuación, la duquesa se interesa por el mundo subterráneo de la Cueva de Montesinos. Ella deduce, por el relato de S, que los encantadores malvados truecan la realidad a conveniencia, no hay modelo lógico. Ello no le importa mucho a S, harto de estar en boca de su amo, si vio o no vio a D en persona, él ya está en una posición de merecer respeto, para algo tiene que servir estar en la estampa; es por ello que se merece la ínsula prometida. S no pierde ocasión de preguntar “¿Qué hay de lo mío? ", al tiempo que exige el mismo trato dado a su compañero de estampa . Su lucha se centra ahora por la igualdad con DQ en correspondencia a la solidaridad y lealtad que le muestra.
Una vez que la noble dama promete estudio de la propuesta, a S no se le olvida recordarle a su burro “lumbre de sus ojos”; ella lo tratará como la niña de los suyos. A punto estuvo de liarse de nuevo la gresca con la Dueña Rodríguez si no es por la intervención de la duquesa que los apacigua.
Mientras S se retira a intentar aprovechar un rato de la siesta de cuatro o cinco horas de su amo, los duques traman más burlas que encajen en los Libros de Caballería y a S en el gobierno de la ínsula, algo grandioso que ya se nos anuncia para los próximos episodios.
Entre las muchas cosas que S contesta a la duquesa cuando parece que “lo suyo” va bien encaminado es: “...soy perro viejo, y entiendo todo tus, tus...”; es decir, la expresión de llamada a un perro. Como si los perros entendieran idiomas distintos, así es como se le dan las órdenes a algunos animales domésticos en Lumbrales (Salamanca).
Este comentario pertenece al grupo de lectura del Quijote que coordina y dirige desde La Acequia el profesor D Pedro Ojeda Escudero y ya ha sido publicado en la misma.
martes, 19 de enero de 2010
Habla popular de Lumbrales (26)
Dichos, expresiones, chascarrillos, refranes…
Hacer algo al estilo compadre: Sin mucho rigor científico, como por ejemplo este trabajo sobre los palabros y expresiones típicas lumbralenses.
Baleador: Instrumento usado para quitar las grancias del muelo y dejarlo listo para echarlo con la media a los costales.
Baluarte: Armazón del carro para la carga de mies o paja. Se hacía con unos palos largos sin punta, terminados en una argolla de hierro, colocados verticalmente encajados en las puentes del ojadro. Se trababan con otros palos horizontales. Sujetada por este armazón, se tendía una red de esparto holgada, que cuando se llenaba formaba grandes bolsones por los cuatro lados del carro. El baluarte es posterior al sistema antiguo, de estaújos. En Lumbrales nunca llegó a generalizarse este sistema de baluarte que era muy común en otros lugares. En efecto, la carga era contenida por estaújos puntiagudos sobre los que iban pinchados unos cuantos haces reteniendo a todos los demás, se necesitaba hacer las cosas bien para que el carro cargado no se pariera. Era labor de alguien con experiencia, cualquiera no podía hacerlo. En cambio, el baluarte permitía la carga con haces mal hechos, incluso sueltos. Las puertas carreteras eran altas y suficientemente anchas para permitir el paso de los carros cargados de paja cuando se llevaba la paja a los pajeros.
Bandal: Vientre de los animales. De uno que tiene barriga se dice que tiene “buen bandal”.
Bandearse: Irle bien a uno. “Él solo, bien se bandea.”
Banduja: Mujer de no buenas costumbres, también de mala pinta. "¡Ah, banduja! ¿Dónde estuvistes hasta estas horas?".
Bandujo: Estómago de los rumiantes.
Bango: Estar una cosa sin apoyar completamente, desequilibrada, mal asentada. “Cuidado con la tinaja, está en bango.”