martes, 8 de marzo de 2016

Andarás perdido por el mundo (2) Oscar Esquivias. El Chino de Cuatroca. Desórdenes.






"En aquel tiempo, cuenta mamá,  no había internet, ni webcams, ni celulares, ni siquiera locutorios"

  Andarás perdido por el mundo (2) 
Oscar Esquivias 
El Chino de Cuatroca. 

Los papeles dicen que Édison Gutiérrez es español, pero su corazón late panchito de Ecuador. Se siente guayaco auténtico aunque su conocimiento sea el barrio de Tetuán y sus límites no pasen de la glorieta de Cuatro Caminos. A Édison lo llaman el Chino desde niño por sus ojos rasgaditos como ojales. Tiene ya dieciséis años, los mismos que lleva su madre en Madrid cuando nada más llegar se le puso cuerpo de ola. 

El Chino es el narrador del relato, un soliloquio que narra en primera persona las peripecias propias y las de su familia, que encierra en sí mismo la virtud de la categoría. Como muchos otros de los relatos de Esquivias,  tiene la virtud de poder referirse a las vivencias de los cientos de miles de Brayan, Shirley, Gisela o Jefferson que poblaron de nombres sonoros la geografía nacional antes de la crisis. El cerebro desordenado del Chino bulle de recuerdos y nervio narrativo a pesar de su corta edad, recién salido de la adolescencia. Su testimonio es oro viejo. En su corta edad ha sido testigo de la revolución de internet y los teléfonos móviles. El cambio de costumbres. La vista baja en los semáforos (para qué tanto follón en cambiar los símbolos si nadie los mira) y en las calles, la fiebre del oro en las tiendas de compraventa del material dorado. La gente debe tener mucho oro en las casas para dar faena a tanto chiringuito de compraventa. Las colas en las cabinas de teléfonos después de las diez. La llegada de los negocios inestables, con ellos, los trabajos en precario. Inmobiliarias en quiebra por la burbuja, sustituidas por tiendas de chinos. En fin, Madrid a ras de suelo, a través de los ojos de un madrileño con rasgos andinos, con prisa y prosa atropellada, impaciente por contar algo importante, todo lo que recuerda antes de que se le olvide. 

Los salesianos de Estrecho, San Juan Bosco, Santo Domingo Savio, María Mazzarello, el Rector Mayor que vive en Turín. Los misioneros de África. Ejercicios espirituales, el miedo al infierno. Las filminas y la voz del trueno que anuncia: Ediciones don Bosco presenta… María Auxiliadora. 




"Al principio no fue fácil porque España estaba ya en sus años malos"

La mamá del Chino se casó con el hombre horrible y tienen dos hijos malcriados. Del hombre horrible, una especie de Manolo y Benito, aprendió a ser mañoso, a trabajar con las manos. Aprendió desde bien chico a arreglar enchufes, desmontar grifos para remediar averías de agua, a poner azulejos. 

Justo al cumplir los dieciséis se va de casa con lo puesto y una maleta. Encuentra una habitación compartida en el vecindario. Su compañero de habitación se llama Radhamés, un caribeño grandote como Bramidán de Tajayunque que se pasa las horas muertas de cliente y camarero en una discoteca latina. 

 “Un hombre no pue andar con pelos en el güevo, eso es de puros monos.” Le dice un día al Chino al tiempo que le pide ayuda para rasurárselos porque la barriga impide vérselos. 

La patrona vive en el principal del edificio. Todo el inmueble es suyo, emperadora del edificio. Parece una torre de babel de idiomas con jóvenes venidos de todos los rincones del planeta. Madrid mestizo, rompeolas mezcla de culturas. Aquí no hay okupas que vivan de gorra, todos pagan religiosamente cuando la señora Isabel la Católica se pasea por cada uno de los pisos cobrando la mensualidad. Sólo el ático lo tiene alquilado a una pareja de españolas que trabajan de “lanzadoras de cuchillo por llevarse algo al bolsillo.” O de tragafuegos por las calles. Y media docena de perros que les comen medio sueldo de ambas, canes que vigilan desde lo alto las ratas del patio. Perros centinela siempre con las orejas tiesas ladrando cuando las sienten correr por el patio. Tienen de uñas al vecindario porque los despiertan de tanto ladrar. Un día cazan la paloma equivocada de Alberti y arman la zapatiesta por los despojos. Nadie da cuenta a la protectora de animales desde que la alcaldesa de Barcelona ha dado licencia para matar palomas. Claro que estas pobres, Excalibur alado, no son palomas de la paz, son casta, la plaga. 




"Soy especialista en el método del doctor Tang"


A Radhamés lo que realmente le preocupa es que el Chino no aporte los setenta euros mensuales del ala por la habitación. Por eso le busca un trabajo y le amenaza con desahuciarlo y hacerle un escrache si no lo acepta. “Los mariconasos te nesesitan”, le dice. El trabajo consiste en cantarle en chino a Luna, la hija que tienen fruto de la fecundación in vitro e hija de vientre de alquiler. La madre de alquiler o biológica es una americana, hija de un exiliado chino, cuando lo de Tiannamen. De su padre artista heredó su afición por la escultura. Aprovechando los desechos, hace esculturas de balones pinchados, ratones de ordenador, bicicletas oxidadas, moñicas resecas de vaca, panales vacíos, ruedas de coches de bebés, móviles obsoletos y cosas así, rebuscadas con gancho en los contenedores de basura. 

Engendrado de prisa y corriendo una noche de amor en una playa de Guayaquil, el Chino envidia a Luna porque tiene dos padres y él ninguno. La sirvienta filipina con cofia (medio china) de la pareja desconfía desde el primer momento en que el candidato al empleo aparece para la entrevista. Se da cuenta de que los padres adoptan roles diferentes en la casa. Francisco es menudo y delicado. Julio es un armario empotrado que se pasa media vida en el gimnasio. Es como Radhamés, pero en fino. Francisco cambia los pañales. Los dos saltan como tocados por un calambrazo al menor llanto del bebé. Interiorismo de pareja de hecho. Naturalidad en lo raro, para lo que no hemos sido educados. 

El final hay que leerlo porque es la bomba real de la nit del foc. Lagrimones, goterones de risa rodando por el rostro garantizados. Hay que leer la forma espectacular con la que el autor sale airoso del compromiso que tiene a nuestro protagonista contra las cuerdas.


Acórtate la falda nueva 
despiértate al oscurecer 
túmbate al sol cuando llueva 
no desordenes mi taller
Joaquín Sabina




El presente  comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige desde hace unos cuantos años su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.


11 comentarios:

la seña Carmen dijo...

Por motivos obvios, puesto que yo soy vecina de ese barrio, a mí también me ha llamado la atención ese cuento, pero mi comentario tardará en llegar aún.

¡Ah, Pancho! En la plana mayor del florilegio salesiano te falta la niña chilena Laura Vicuña, que creo que todavía no ha llegado a los altares, pero no por falta de méritos, porque como decía la canción: "prefirió morir antes que pecar, do re mi fa, fa fa..."

Unknown dijo...

Mil gracias, Pancho, por el atento recorrido por el cuento.
El colegio de los salesianos de Estrecho fue el cuartel del Quinto Regimiento durante la Guerra Civil y se cita también en "Viene la noche" (donde también aparece, más de refilón, ese ambiente de cuidadoras dominicanas y poetas latinos). En la novela, Gorostiza/Gorostiaga encontró la muerte a manos de los milicianos, que lo ajusticiaron en la Dehesa de la Villa, como me recuerda Benjamín.
Muy divertida la canción de Laura Vicuña, Carmen. No la conocía.
Abrazos para los dos.

Unknown dijo...

Y la Dehesa de la Villa es justamente el parque que aparece en la portada de "Andarás perdido por el mundo", para terminar de enlazarlo todo.

la seña Carmen dijo...

No había reconocido yo la Dehesa de la Villa.

En realidad la canción estaba dedicada a Domingo Savio, pero se la aplicaban a todos los niños.

La Wikipedia me dice que a Laura Vicuña por fin la beatificaron.

pancho dijo...

María: Estudié los primeros cursos del bachillerato antiguo con los Salesianos y hay cosas que no se olvidan. Me hace gracia que Oscar sepa tanto de ellos. Recuerdo que formaba en un equipo de aquellos de Cesta y Punto y ganamos el concurso. Preguntaban sobre la vida del Fundador y lo relacionado con ello. Creo que fue la primera y única vez que he ganado alguna cosa en algo.
Si vives en el barrio, estarás encantada con la recreación que hace de la zona.
Gracias por pasarte por el portalillo y dejar tus impresiones.
Un abrazo.

pancho dijo...

Oscar: Recuerdo los personajes tan entrañables de Viene la noche: Benjamín, Teresa, Rabanitos, Walter La Puerta...
Me encanta la denominación de glosa para nombrar lo que hacemos en el blog con las lecturas, como si fueran los comentarios al margen que los monjes escribas vertían en castellano escrito y que se conservan en las Glosas Emilianenses. Quién les iba a decir a aquellos monjes del siglo X que aquello que comenzaba iba a ser una lengua hablada por quinientos millones de personas. Hace poco estuvimos por allí y el lugar tiene una atmósfera mágica.
Gracias a ti por darnos estos cuentos que se comentan solos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Iba a decir algo similar a lo que ha dicho Esquivias. Esa coincidencia con algunos momentos de Viene la noche.
Excelente.

Abejita de la Vega dijo...

Y yo también conocí a Laura de Vicuña, que hice las prácticas de Magisterio en un colegio de Burgos de salesianas: "María Auxiliadora" en la barriada Yagüe. No se me olvidó nunca aquella santita, vete a saber por qué.
Menudo recorrido por el barrio me habéis ofrecido. Nunca olvidaré al jubilado Tobes, el de Wad Ras. Y a su hijo Jaime y a Sara, su nuera. Hay lectoras inolvidables. Arbolito de naranja...
Un abrazo, Pancho.

Ele Bergón dijo...

Me gustan tus palabras en " el cerebro desordenado bulle,,,su testimonio es oro viejo...Madrid a ras de suelo....

Creo que el cuento está escrito con una gran ironía, quizás para dulcificar esa realidad que transita por las calles de muchos barrios madrileños en estos últimos tiempos que nos ha tocado vivir.

Es muy posible que el Chino le pague la habitación a Rhadamés...tal y como tienen el carácter uno y otro... Este Rhadamés, da también para otro cuento y hasta una novela.

Besos

pancho dijo...

Pedro: Son personajes cortados por un aroma característico e identificable con Esquivias.Gracias por ese excelente. Me lo voy a creer, je, je.
Mary Ángeles: Esa santa debe ser más moderna, no me suena de nada.
Vaya trabajazo que te has echado a la espalda con tu entrada...
Un abrazo.
Luz: Cierto, la ironía es proverbial en muchos de los cuentos de Esquivias. Y divertidos. Me gusta que te gusten mis ocurrencias escritoras.
Un abrazo.

Myriam dijo...

¡Me encantó tu primer párrafo!.
Es soberbio.

Besos