Muchos de los conventos de clausura de hace unos años tenían una verja como esa en el locutorio donde los familiares visitaban a las internas. ¡Penoso!
Realmente la imagen impresiona. Nunca me han gustado la rejas y mucho menos esta. Sin embargo, el colorido de la piedra con el sol y el marron de la verja, reconozco que me gusta.
Por supuesto de los fanatismos no quiero nada y en esto tambien soy fanatica.
Nunca había visto una ventana así, da mucho miedo.
ResponderEliminarAntes de morir las ciudades. Los fanatismos no mueren porque siempre habrá fanáticos.
ResponderEliminarRealmente hostil... se me eriza la piel, se me eriza el alma....
ResponderEliminarHe dicho ¡JODER!, antes de empezar a escribir. ¡JODER!, difícil lo tienen los cacos para entrar.
ResponderEliminary se llevan a mucha gente por delante...
ResponderEliminarMe he quedado sin palabras. Vaya imagen. Me duele sólo mirarla.
ResponderEliminarBuenas noches, pancho:
ResponderEliminarPues con no acercarse, suficiente.
Saludos. Gelu
Muchos de los conventos de clausura de hace unos años tenían una verja como esa en el locutorio donde los familiares visitaban a las internas. ¡Penoso!
ResponderEliminarRealmente la imagen impresiona. Nunca me han gustado la rejas y mucho menos esta. Sin embargo, el colorido de la piedra con el sol y el marron de la verja, reconozco que me gusta.
ResponderEliminarPor supuesto de los fanatismos no quiero nada y en esto tambien soy fanatica.
Un abrazo
Luz
Cinturón de castidad a la comunicación.
ResponderEliminarjo