jueves, 29 de marzo de 2012

Violento como el perfume del desengaño


Urtain. Juan Cavestany

Adaptación para televisión de la obra teatral coproducida por Animalario y el Centro Dramático Nacional, que narra la historia del boxeador, encarnado por Roberto Álamo, desde su muerte hasta sus orígenes.


Un boxeador sin rostro calienta en los prolegómenos de un combate. Arrebujado en una toalla blanca cumple con el vistoso ritual del gallo de pelea. Como si hiciera guantes con su sombra, la respiración profunda y entrecortada; extraña para el supuesto ritmo regular de un deportista. El escenario es austero: un cuadrilátero de boxeo y una luz cenital. Un fogonazo que deslumbra persigue al personaje. La danza simulada del actor se hace visible para los espectadores vociferantes que desde la penumbra del contraste le jalean.

Fermín Cacho gana la medalla de oro de 1500 en Barcelona 92

Es el día de Santiago, patrono de España, del mes de julio de 1992. En el Estadio Olímpico de Monjuich la flecha de un arquero da en el blanco que pone en marcha el mejor y más esperado espectáculo del mundo. La voz en off del narrador canta las hazañas olímpicas de los deportistas grabadas en bronce noble y eterno, permanente e indeleble en la memoria de aquellos que las vivieron.

Cuatro días antes, Urtain, acosado por las deudas, se desploma sobre el suelo desde el piso en el que vive. Allí yace el antiguo peso pesado, reventado sobre el asfalto como un saco de escombros. Cansado de vivir cuando no había cumplido los cincuenta, se negó a envejecer. Esa
misma mañana lo habían visto comprar el periódico en el mismo quiosco de todos los días. Tampoco encontró nada en él que le diera sentido a su existencia, que le acercara al mundo de los vivos y tomó la decisión definitiva: el ángel de las sombras le abrió la ventana, él las alas y se zambulló en el agujero del aire para ver volar a los peces de colores. No es más que uno entre el millón que se quita de en medio por las bravas cada año.

Urtain descumple los años por las aceras de su pasado, desanda las pisadas. El mundo está inundado de Barcelona y Olimpiada del 92, al ritmo de la rumba de Los Manolos en “Amigos para siempre”. Lo último que recuerdan de él en la redacción de Marca es que quería recuperar una foto suya con Franco. Le llora un ojo por culpa de un derrame. Suda hasta debajo de la nieve. Sonado. Se llama José Manuel Ibar Azpiazu. Responde a la pregunta del rincón de los golpeados: tiene hijos, pero la mujer se fue con otro. Desorientado. Los nombres de Jurgen Blin y Peter Weiland se le agolpan en el recuerdo. El británico Henry Cooper le hizo daño de verdad, le arrebató el título y le bajó de las nubes a mamporros. Un experimentado boxeador que antes había tumbado a Cassius Clay.

No hay vida después del boxeo para él. No está hecho para los negocios. Se arruina varias veces. Bebe y se emociona cuando Marisa, su segunda mujer, le dice “Te quiero”.


En 1996, Maitena valoraba los cambios en los modos de vida de los españoles después de veinte años de Democracia, los mismos que tenía el diario El País. Fueron casi los mismos años que vivió Urtain después de abandonar la actividad que le encumbró:











En el 29M. El "Cojo Manteca", icono de las revueltas estudiantiles de 1987.


En mayo de 1996 el diario El País publicaba el especial: El PAÍS 20 AÑOS. He recogido algunas palabras de un pequeño glosario de nuevos términos que iba cosido en su interior, obra de Alex Grijelmo. Con la perspectiva que dan los años -dieciséis en concreto- ya podemos hacer inventario de los neologismos que tuvieron éxito y se consolidaron en la lengua o los que, por el contrario, cayeron en el olvido.

Abertzale: (plural castellanizado, abertzales). En vascuence, “patriota”. Se designa así a todos los nacionalistas vascos, aunque una minoría de ellos haga poco honor al significado de la palabra.

Bakalao: Música machacona que no hace ningún bien al pescado que le presta el nombre, que no suele repetir si se cocina como es conveniente. Cuando se puso de moda, la seguían los que cortaban el bacalao en el ambiente discotequero, y a lo mejor hasta de ahí procede la expresión.

Carroza: En jerga, siempre significó “homosexual viejo”. Ahora, solamente viejo.

Toque: En fútbol, el estilo de juego que consiste en pasarse muchas veces la pelota entre los jugadores de un equipo a la espera de que, de manera casi natural, se descubra un hueco en la defensa contraria. Lo empezó a practicar el Barça de Cruyff en 1988. Lo siguió, con modificaciones, Jorge Valdano como entrenador del Real Madrid. Y lo criticó Javier Clemente, seleccionador español. Después todos sabemos quién fue el ganador del Campeonato del Mundo de 2010 de Sudáfrica y qué es el Tiki-taka: modo de jugar que todos los equipos del mundo quieren imitar, pero pocos lo consiguen porque no cuentan con Xavi, Iniesta, Villa, Casillas, Alonso, Ramos, Navas ni cualquiera de los jugones campeones.

Walkman: Magnetófono portátil, para andar con los cascos puestos.
¿Quién se acuerda de esta innovación con cinta?

Alex Grijelmo publicaba en 2001 un Diccionario de las palabras muertas. Vocablos y expresiones que existían en los setenta pero que dejaron de utilizarse con la llegada del milenio.

Ambigú: Se llamaba así al bar de los teatros y los cines, tomando la palabra del francés. Pareció imprescindible en su momento, pero ahora casi nadie la usa.

Gachí: Decíase de la mujer esbelta, espectacular; algo más que guapa. Según el diccionario, es el femenino de gachó, pero no parecían equivalentes.

PENENE: Profesores no numerarios. Procede de las iniciales PNN, y se convirtió en palabra común. Dieron mucho juego en la información universitaria: combativos, conflictivos, imprescindibles. Uno de los gobiernos de Suarez se llamó “el gobierno de los penenes”. Pero las palabras que crea la Administración y o el pueblo corren siempre peligro. Fueron abolidos.

Simca: Tal vez el coche más popular, después del seiscientos. La palabra procede de las siglas de Sociedad Industrial de Mecánica y Carrocería del Automóvil, empresa francesa que luego se integró en Talbot. El grupo Los Inhumanos grabó una letra donde se decía: “Que difícil es hacer el amor en un Simca mil, en un Simca mil”. Muchos padres que habían cantado esas estrofas algunos años antes descubrieron poco después lo que habían cambiado los tiempos desde que ellos fueron niños. Al escuchar esa música, sus hijos les preguntaban: “Papá, ¿qué es un Simca mil?” Sobre la expresión “hacer el amor” no necesitaban aclaraciones.

Telón de acero, países del: La división política de los tiempos de la guerra fría, “desde Sittin, en el Báltico, hasta Trieste, en el Adriático” según definición que acuñó Winston Churchill en 1946. Él fue quien inventó esta expresión, y dijo en inglés “iron curtain”. En España se tradujo como “telón de acero” en vez de “cortina de hierro” (es verdad que suena mejor “telón de acero” aunque no resulte una traducción precisa). Ya ni se cita como referencia histórica, porque casi siempre se habla del “Muro”. Pero aún nos queda Joaquín Sabina: “Más triste que un torero al otro lado del telón de acero”. Es curioso que haya quien conozca la expresión por Sabina, pero no tiene ni idea a qué se refiere. Lo comprobé hace poco con una amiga bastante más joven.

"Inútil como un sello por triplicado,
como el semen de los ahorcados,
como el libro del porvenir,
violento como un niño sin cumpleaños,
como el perfume del desengaño…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero".

J. Sabina



Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

martes, 27 de marzo de 2012

Habla popular de Lumbrales (122)

Las zarzas salen al camino en la Navalito. El dolmen al fondo


Respigar:
Recoger a mano restos de trigo u otra cosecha, semanas después de la siega. Esta operación apuraba la recolección, evitando desperdiciar las espigas accidentalmente caídas en los surcos durante la siega a hoz.

DRAE: mismo significado.
DCT: Coger las espigas de un terreno después de segado.
BDE: 1737. De espiga. Del latín SPICA.

Respingar: Dar brincos de contento. Las caballerías corren de un lado para otro tirando coces. “Al meter las vacas en el prao cencío, respingaban de contentas que estaban”.
DRAE: 1. intr. Dicho de una bestia: Sacudirse y gruñir porque le lastima o molesta algo o le hace cosquillas.
DCT: Sacudirse violentamente un animal por algún insecto que le pica.
BDE: 1517. De un cruce del antiguo respendar “echar coces”, hacia 1250, (latín REPEDINARE, derivado de PES, PEDIS, “pie”), con el asturiano respigar “erizarse” (derivado de ríspido, rispio, “erizado, áspero”, del latín HISPIDUS íd.).

Responsear: Echar una reprimenda. Reprender.
No está en el DRAE con esta acepción.
No está en el DCT.

Restable: Restablecido, recuperado de algún contratiempo o enfermedad. "¿Estás ya restable del maleto?"
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Restrallar: Restallar, dar golpe seco con algo.”Cuando restralló la tralla, los mulos agilaron el paso.”
No está en el DRAE.
No está en el DCT.
BDE: 1737. Viene de estallar, metátesis del antiguo astellar “hacerse astillas”, derivado de astiella, por astilla.



Restrallo: Cuando la oveja tiene mucha lana.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Restricarse: Apoyarse en algo de mala manera. “Si no me restrico en el arbol, me caigo.”
No está en el DRAE.
No está en el DCT.



Restrojera: Se dice en lugar de rastrojera. Aparte de referirse a las tierras que se han quedado de rastrojo, también es dejar todo lleno de migas o restos de alguna actividad.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.




Retachar:
Rechazar. “Me retacharon el trigo en la panera porque dijon que tenía mucha argaña.”

No está en el DRAE con esta acepción.
No está en el DCT.

Retazar: Retazar la leña significa cortar la leña separando la gorda de la menuda.
DRAE: 3. tr. Sal. Cortar leña menuda.
DCT: mismo significado.
BDE: Otro derivado de TRACTIARE, en castellano retrazar, se cambió a retazar “cortar, romper” 1330, de donde retazo, 1330.

Retentío (no dar): No moverse, no enterarse de nada cuando se está dormido. “El niño no ha dado retentío en toda la mañana, ha dormido como un bendito.”
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Retentir: Avisar. “Me retentó el lumbago al agucharme.”
No está en el DRAE.
DCT: mismo significado.


El color verde aceituna en algunas palabras o expresiones indica que son de reciente incorporación, posterior a Mayo de 2007.

Abreviaturas utilizadas:
DRAE: Diccionario de la Real Academia Española.
DCT: Diccionario del Castellano Tradicional.
BDE: Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Joan Coromina.

Las dos fotos pequeñas del medio son de Jaime Grandes


domingo, 25 de marzo de 2012

No ves, pero sientes




LA MUCHACHA CIEGA (Millais)

Ya hace veinticinco años de la muerte del poeta y pintor salmantino, Aníbal Núñez. Cada vez de más cosas, va haciendo demasiados años, mala señal. El Museo de Salamanca ha organizado una exposición: "Manteniendo la memoria", que recoge una muestra de su obra pictórica. Abierta hasta el 22 de abril. A la par, la Diputación de Salamanca publica un libro suyo de poemas: “Figura en un paisaje y Gormaz a sangre y fuego”.

Nos acercamos aquí a uno de los poemas del libro, surgido de la observación del óleo de Millais: “The Blind Girl”. Apropiado a las hechuras de un blog. Las palabras escritas del poeta parecen brotar del lienzo, prolongando el significado del cuadro, acomodado y acorde a la sensibilidad del poeta inmóvil, escueto, desnudo y casi sin palabras ante la belleza de la imagen.

Se fija en detalles como el arco iris doblado, la luz de un día nublado que enciende las mejillas de la joven ciega y en el acordeón en posición de descanso que suspira.

El poeta le presta los ojos a la mendiga ciega, a cambio ella le dará la luz de la oscuridad de su mirada. El viejo acordeón ajado de tantas melodías descansa en tu regazo que me acuna y adormece.

¿Cómo se explica el brillo de los colores del arco iris y el olor a verde pujante después de una tormenta en un mes de abril robado a una hermana ciega? No encuentro palabras, te siento, me guardo de la luz y de los tonos azulados del aleteo atolondrado de los mirlos en celo bajo tu toquilla.

La extrema quietud de la voz narradora y la inmovilidad a la que obliga la ceguera detienen el vuelo a las alas de la mariposa que se posa serena, indiferente al color de la corola que tus manos acarician en un endecasílabo final tan rotundo como todo el poema:

"Blanca. ¿Cómo has sabido que era blanca?"



LA MUCHACHA CIEGA

Te has sentado de espaldas a un arco iris doble
que no ves pero sientes: tus mejillas
aún húmedas de lluvia se encienden
-ha venido
el sol tan de repente, con tan buenas
palabras, que el rubor... -. En tu harapiento
regazo se entreabre
tu anciano acordeón con un suspiro.

Oyes pastar, revuelto de plumajes
azules. La campana
del santuario gótico está a punto
de tocar a oración. Tu frágil guía
olfatea en tu mantilla: huele a hermana
mayor, a estambre húmedo,
a todos los caminos.

Por fijarme
en una mariposa roja y negra,
que se posó en tu hombro sin que tú lo notaras
-así llega la muerte a los arcángeles-,
no he visto que tu mano
derecha acariciaba una corola
blanca. ¿Cómo has sabido que era blanca?



 
El cartel a la entrada del museo.

 
Espejo negro de Lovecraft.
El visitante se da de bruces con el misterio de un agujero negro enmarcado de realidades paralelas. En el suelo, un ramo -ya mustio- de
mimosas,
primeras flores amarillas de la primavera.
 

 
Foto medio robada de la exposición. El guarda no me miró con buenos ojos. No sacó la lengua ni dijo nada.

 
Cajas de cerillas


 
Victoria de Samotracia (la de Merche con cabeza, cara y en moderno verde primavera)


Aníbal Núñez


Las imágenes que no son fotos están tomadas del PDF de la página del museo.


jueves, 22 de marzo de 2012

Mujer de sombras y melancolía

" Bradomín, que no se diga de los caballeros españoles, que habéis ido a lejanas tierras en busca de una princesa, para vestirla de luto"

Imagen del cielo de Covadonga, desde la cueva.

MEMORIAS DEL MARQUÉS DE BRADOMÍN. VALLE-INCLÁN
SONATA DE INVIERNO (6)


El latín litúrgico de una misa al amanecer reconforta el corazón de los soldados convalecientes de las heridas recibidas en la batalla. Agradecidos por tener la suerte de seguir viviendo. Son mozos de los pueblos, curtidos en trabajos en el campo que duran de sol a sol, enfermos de melancolía. Obligados a abandonar la azada, empuñan el fusil. Los soldados heridos de la partida de Fray Ambrosio llegan al convento abatidos, murmurando, renegados por la derrota y la traición que baja de las cumbres. Su valor no es suficiente contra dos compañías republicanas de Ciudad Rodrigo. Bradomín, tiritando por la fiebre, les acompaña. Desnuda su alma en la oración que apague las calenturas del pecado. Recibe el alta, pero Sor Simona no le permite despedirse de Maximina, su celda es clausura.

Valle se muestra esquivo y ambiguo al tratar de Maximina. Utiliza una estudiada ambigüedad para provocar y confundir al lector. Sabemos que murió desde el principio: “Por guardar eternamente un secreto, que yo temblaba de adivinar, buscó la muerte aquella niña a quien lloraré todos los días de mi vejez”. Después en la lectura nos lo relata en metáfora: “Por la luna del cielo iba la luna sola, lejana y blanca como una novicia escapada de su celda. ¡Era la hermana Maximina!" Sobre si era hija de Bradomín, tendremos que fijarnos en tres exclamaciones a cada cual más breve, dos suyas: ¡Pobre hija! Y ¡Es feúcha! varias veces repetida; y otra de Sor Simona y que él no niega: ¡Lo sabía usted!. Nos muestra el lado oscuro del cerebro humano. Dota a su creación de delirio de amoralidad, deseo irrefrenable, demencia sexual, locura…

Su mutilación provoca lástima. Se vale de ella y de su invalidez para montar a caballo y alejarse. Los mismos once carlistas menos un brazo regresan a
Estella. Se aloja en casa de una viuda y su hija que le cuidan. La fiebre persiste y con ella la búsqueda de polisílabas acumuladas que expresan el decaimiento y la postración del proceso febril y que contribuyen - al mismo tiempo- a dotar de musicalidad al párrafo, más allá de su vertiente semántica y conceptual: “Algunas veces un confuso delirio me embargaba, y las ideas quiméricas, funambulescas, ingrávidas, se trasmudaban con angustioso devaneo de pesadilla”.


"El sol matinal dejaba ver un camino entre álamos secos y un fondo de montes sombríos manchados de nieve"

Fray Ambrosio, herido de nuevo en la frente, le visita. Bradomín rechaza cuatro onzas de las cien que le devuelve. Puede quedárselas a cambio de misas aplicadas a la victoria que se vislumbra cada vez más lejana y enloquece como el aleteo atolondrado de un pájaro privado de su nido. La causa se derrumba. La lucha por el mando es feroz. Son frecuentes los navajazos por la espalda y las traiciones en la retaguardia. Los soldados mueren en el frente para que los generales luzcan más estrellas en las hombreras. Bradomín le confiesa su alegría porque no ganen los suyos. ¡Cómo lo vería! La causa es un nido de asechanzas y traiciones.

El fraile le informa de que la condesa no quiere verle. Se entera por las cuidadoras ocasionales de que el Conde de Volfani aún respira, parado y quedo como una planta, pero todavía retiene vida. La Condesa le cuida y le mima como una jardinera o una Santa Isabel. Bradomín la admira por el amor póstumo tras la vida que le guarda. Vuelve Fray Ambrosio para trasmitirle que la Condesa admite una única visita de despedida. La resolución es una sombra de tristeza que cubre su alma.

Apoyado en el brazo del fraile van a la casa del Rey. Aquí se localiza la escena final de una Sonata que empieza en la casa del Señor inmortal en la tierra y termina en el suelo que pisan los mortales. Jirones de sol comienzan a derretir la sombra de blanca tristeza que amortaja su alma. Su lucha se enfoca ahora a provocar lástima de su merma física, hacer poesía de su manquedad y gustar del “perfume mortuorio de aquel adiós que iba a darme María Antonieta”. Su lamento por no haber podido dar la vida por la Reina Margarita allí presente levanta un murmullo de admiración entre el auditorio femenino que borda escapularios para los soldados del frente.

La Reina le sugiere que escriba sus memorias ahora que su manquedad le dejará tiempo para escribir. Y a fe que le hace caso porque qué si no estamos leyendo. Afortunadamente es el brazo sano el que empuña la espada y la pluma. Un obispo apoya la propuesta con la salvedad de no ensalzar los pecados y vicios como si fueran hazañas. Como hizo el impío “filósofo de Ginebra” (Rousseau) en sus Confesiones, enturbiando el claro manantial de su doctrina.

A estas alturas de la vida Bradomín, desengañado y cercado por la muerte, mira con ironía su compromiso con la gravedad de los hombres y mujeres que se citan en la Historia. Ya sólo espera diversión para descumplir sus días.

Su tía, la Marquesa de Tor, le aconseja que se marche como antes ya lo había hecho - con escaso éxito - la Princesa, madre de María Rosario. No están las órdenes hechas para obligar al Marqués de Bradomín. Le advierte de que no intente separar a María Antonieta de su marido, que respete su decisión de sacrificarse por el Conde: “Sombra detenida por un milagro delante de la muerte”. Un tanto contrariado, le afea la imagen de crueldad que de él tienen en la familia. Varios cientos de páginas después descubrimos la redondez de las Sonatas, junto a la tía recién aparecida y ganada para su causa:

- “¡Calla!... Eres el más admirable de los Don Juanes: Feo, católico y sentimental”.

María Antonieta interrumpe el intercambio familiar de reproches para asegurar que por nada del mundo abandonará a su marido. El par de perros que preceden al Rey relajan la tensión. Un abrazo del monarca, como si nada le faltara, le conmueve en la hora amarga de la despedida: “Si la guerra no me había dado ocasión para mostrarme heroico, me la daba el amor al despedirse de mí, acaso para siempre”. Bradomín se adentra en la noche que no acaba. La escasa vida que le resta, enredada entre las zarzas que le salen al camino, seducido por el aleteo de las alondras de la penumbra que le guían a la luz del mundo oscuro. Trasteando con el bulto también oscuro de la muerte.


"Por ver volar los peces de colores
hicimos agujeros en el agua
preocupados en los alrededores
siempre en la dimensión equivocada.

Mujer de sombras y melancolía
volvamos al Edén que nunca has ido
a celebrar con las copas vacías
el gusto de no habernos conocido".

Sabina/Serrat









Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

martes, 20 de marzo de 2012

Habla popular de Lumbrales (121)

Las chozas han perdido la utilidad para la que fueron construidas, pero no por ello deberían caer en el abandono y desaparecer.



Rencallo: Animal mal castrado.
DRAE: 1. adj. Zam. ciclán (‖ que tiene un solo testículo).
No está en el DCT.

Renta (llevar en): Trabajar tierras arrendadas de otros propietarios del pueblo. Rentero.
No está en el DRAE con esta acepción.
No está en el DCT.
BDE: 1215 (antes renda, 1131)

Repastar: Comer después de la cena. Con el mismo significado se utiliza la expresión Salir a repasto.
No está en el DRAE con esta acepción.
DCT: mismo significado.



Repelao: Dulce típico de la tierra que se elabora con almendra molida, azucar y huevos. Cocidos al horno. "Por falta de almendra no pudimos hacer los repelaos”.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.




Repelina:
Lanzar al aire monedas y confites para que los cojan los niños como celebración de los bautizos.

No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Requilorios: Chismes, rodeos."Anda todo el día con requilorios".
DRAE: 2. m. coloq. Formalidad e innecesario rodeo en que suele perderse el tiempo antes de hacer o decir lo que es obvio, fácil y sencillo. U. m. en pl.
No está en el DCT.



Resbalina: Se dice de las peñas o laderas inclinadas y finas que sirven de tobogán a los niños.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.


Resbalino:
Resbaladizo.

No está en el DRAE.
No está en el DCT.


Rescaño: Trozo del borde del pan con mucha corteza y poca miga.
DRAE: 1. m. Resto o parte de algo.
DCT: Cantero de pan.







Rescolgarse:
Colgarse de algún sitio, agarrándose con las manos. “Tienen la portería abangá de rescolgarse los muchachos”

No está en el DRAE.
DCT: mismo significado.

Resguñar, Arresguñar: Arañar."Jugando con el gato, me resguñó".
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Respectivo(al): En comparación. No es expresión antigua sino muy utilizada actualmente. “Al respectivo, este tractor es mucho mas caro que el otro”.
No está en el DRAE con esta acepción.
No está en el DCT.



Abreviaturas utilizadas:
DRAE: Diccionario de la Real Academia Española.
DCT: Diccionario del Castellano Tradicional.
BDE: Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Joan Coromina.


Las dos últimas imágenes son de Jaime Grandes

domingo, 18 de marzo de 2012

Ventana barroca que cambió de calle.

Ventana decorada de arte barroco en la calle Libreros

La Universidad de Salamanca es durante los S. XVI y XVII la gran generadora de las razones teológicas del imperio en su lucha por la fe y la contrarreforma. Algunos de sus pensadores y profesores también tomaron parte activa en la redacción de “La Pepa”, llamada así porque mañana, día de San José, cumple doscientos años. Esta pequeña ciudad siempre capaz de lo mejor y de lo peor, la eterna dualidad entre contrarios, madre de todas las contradicciones. La primera constitución española tuvo una gran importancia en su tiempo porque entonces España no cabía en medio mundo. Qué diferencia con la actualidad en que a la península ibérica le sobra algún trozo para darle cabida, sin contar a Portugal. Doscientos años de continuas grescas entre unos y otros. De las dos españas que apenas si se hablan y saludan al cruzarse por las calles de pueblos, campos y ciudades. Con lo poco que cuesta y lo bien que se queda uno después de hacer las paces.

Pero no venía yo a hablar de constituciones ni de teologías antiguas, entre otras razones porque lo que tuviera que contar entraría en dos renglones cortos, sino a presentar a los que por aquí buenamente pasan, una anécdota, una ventana de estilo barroco con truco, cambiada de sitio en algún momento de mediados del siglo XX, merced a un traslado desde la desaparecida iglesia de San Isidoro en la calle Francisco Vitoria, a otro edificio que la Universidad levantó en el solar, en la parte que da a la calle Libreros, justo al otro lado de la manzana de casas.

Sólo se me ocurre lamentar la desaparición de unidades del patrimonio. Si esto ocurre en lugares en los que en teoría moran los representantes más sensibles con la arquitectura antigua, qué no pasará en las zonas rurales con la arquitectura popular tradicional (chozas, caños, fuentes, corrales, puentes o paredones) en las que a menudo se confunden las cosas antiguas con las viejas o inservibles, cuando en realidad son más útiles y duraderas que las modernas.


Calle Libreros


La ventana en su emplazamiento original de la Calle Francisco Vitoria.


1991


Ahora



Así era la acera
del número 25 de Francisco Vitoria.
Imagen escaneada de "El libro de oro de Salamanca". Colección de Enrique de Sena.


El numero 25 hoy.


EnlaceNo podía faltar una calle con este nombre en una ciudad que albergó a la Universidad que nutrió desde la retaguardia los razonamientos teológicos de la doctrina imperante durante varios siglos.

Las fotos B/N están escaneadas de la colección de láminas "Salamanca ayer y hoy" de La Gaceta de Salamanca


jueves, 15 de marzo de 2012

Perseguí quimeras


"Por la sombra del cielo iba la luna sola, lejana y blanca como una novicia escapada de su celda"



MEMORIAS DEL MARQUÉS DE BRADOMÍN. VALLE-INCLÁN

SONATA DE INVIERNO (5)

Bradomín conmueve a la adolescente quinceañera que le cuida cuando le dice que la poda de un miembro regenerará el tronco viejo. Se adormece al sentir el terciopelo de los ojos de la niña poblados de sueños. De nuevo el autor sondeando los límites de lo prohibido.

“¡Viva Dios, Viva el Rey!” es el grito medieval que le llega de la calle y une a la gente de fe inquebrantable. Son los vítores que le recuerdan la guerra, la misión incumplida y que le acercan a la realidad de brazo amputado: “Un dolor sordo que me fingía tenerlo aún, pesándome como si fuese de plomo”.

Sobresaltado por la fiebre y el dolor remoto del brazo que no existe, se despierta al atardecer. Sor Simona se presenta en la casa con la satisfacción del deber cumplido. Trae con ella los rusos que el Cura de Orio tenía prisioneros. El cura se ha librado por poco de hacer de Infanta Carlota: arañazos en la cara.


Massaguer

Valle-Inclán se esfuerza en acomodar no sólo el ritmo a la expresión, también la elección de las palabras y asociaciones de nombres, adjetivos y verbos:

“Seguía oyéndose el toque vibrante y luminoso de la corneta que parecía dar sus notas al aire como un despliegue de bélicas banderas. Yo sentí alzarse dentro de mí el ánimo guerrero, despótico, feudal, este noble ánimo atávico, que haciéndome un hombre de otros tiempos, hizo en éstos mi desgracia. ¡Soberbio Duque de Alba! ¡Glorioso Duque de Sesa, de Terranova y Santángelo! ¡Magnífico Hernán Cortés! Yo hubiera sido alférez de vuestras banderas en vuestro siglo. Yo siento, también, que el horror es bello, y amo la púrpura gloriosa de la sangre, y el saqueo de los pueblos, y a los viejos soldados crueles, y a los que violan doncellas, y a los que incendian mieses”.


El párrafo es un ejercicio de búsqueda de fórmulas y combinaciones que dan a la prosa un atractivo formal indudable. El autor arriesga porque no elige el camino fácil. En lugar de adjetivos como: infame, asesino, violador o torturador - que serían los apropiados y probablemente los seleccionados por cualquier autor en su sano juicio para definir la infamia que se narra -, escoge: soberbio, magnífico y glorioso con objeto de provocar confusión con su ironía en el lector, al tiempo que libera a la literatura de ataduras. Resulta claro que el autor busca el embellecimiento de su prosa a través de la provocación, y nadie podrá decir que esa acumulación de palabras con connotaciones negativas sea un muro que el autor ponga entre el lector y la imagen que quiere dibujar. Se trataría entonces de algo aburrido y tedioso: Literatura pesada y anticuada, siendo Valle-Inclán ejemplo de todo lo contrario, sus frases son tan rítmicas y hermosas, que
parecen invitar a la lectura y relectura.

Bradomín habla con la elocuencia hueca de un Demóstenes inflamado de patrioterismo. Oradores de mítines de trinchera que convocan y calientan el oído sectario y selectivo de los ya convencidos del mensaje de antemano.

Los prisioneros son padre e hijo. El padre viajero es el mismo ruso que la Niña Chole había intentado seducir a bordo de la fragata, Dalila, y que había provocado una situación de celos en Bradomín: bello pecado, “regalo de los dioses y tentación de los poetas”.

Por la noche hay batalla en el cercano Santuario de San Cermín. De mañana, empiezan a llegar las consecuencias: heridos de bala, despojos humanos incapaces de valerse por sí mismos, escombros tristes del fanatismo, maldicientes espejos empañados de la muerte, vástagos de la derrota. Hijos del agobio. El Marqués pasa el día con el ánimo abatido, apesadumbrado por la mutilación y hundido por el goce de algunas viejas amigas. Sólo el cerco a Maximina, la niña que le atiende, le saca del sopor de la derrota. El bálsamo de sus ojos aterciopelados y tristes, la frialdad de sus labios de novicia y un "te quiero" de sumisión le dejan solo con la blanca luna, sombra blanca y lejana que el cielo arroja.

"Perseguí quimeras por la acera del desamor
Ya no es primavera
Qué temprano se pone el sol
No tengo banderas
La que tuve se destiñó."
Sabina/Serrat





Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.